CFC: encara controles más estrictos a la publicidad en línea

Jonas Leibowitz, vocal en la comisión federal de comercio (FTC) anunció que se supervisarán más estrechamente los avisos en el ciberespacio. “Muchas firmas de marketing interfieren en la vida privada de la gente vía internet”, señala.

2 noviembre, 2007

El funcionario se manifiesta preocupado por la publicidad que llega a los menores en línea y ciertas tácticas poco leales de los avisadores para captar datos sobre los navegantes. “Ya no es posible saber quiénes ni para qué nos espían cuando visitamos internet”, afirmaba Leibowitz durante un foro sobre segmentación de actitudes (behavioral targeting).

En la práctica, el asunto va más allá de la web. Vía Gmail, Google dispara avisos basados en determinadas palabras detectadas en cada correo electrónico. A su vez, MySpace ayuda a los marquetineros a seleccionar avisos basándose en información que ofrecen los propios navegantes.

A fin de proteger a los usuarios, Leibowitz propugnó normas genéricas y claras en cuanto a intimidad. Al respecto, citó un estudio según el cual las personas con educación secundaria entienden apenas 1% de las políticas sobre privacidad que difunden las firmas.

También subrayó que ninguna compañía analizada en el trabajo emplea este tipo de segmentación en forma opcional. Esto es, la herramienta de marketing de impone sin consultar. “La mayoría de empresas obliga a la gente a iniciar acciones si no quiere ser objeto de la segmentación conductista. Esto debe cambiar drásticamente”, sostuvo el funcionario. “Las personas deben poder controlar sus computadoras y el marketing o los perfiles abusivos deben terminar”.

Naturalmente, varios allegados al negocio sostienen que “la CFC no debiera meterse”, en palabras de Randall Rothenberg, presidente del centro de publicidad interactiva. A su criterio, “se trata de una innovación extraordinaria”. Menos intransigentes, varias compañías –entre ellas, Google misma- admitieron que podrían fácilmente mejorar calidad y precisión de las campañas en línea, sin comprometer principios básicos de privacidad. Ejecutivos de Microsot, Yahoo, Facebook y AOL coincidieron.

Amina Fazlullah, portavoz de usuarios, es escéptica. “Los sitios web piden a los visitantes demasiada información personal y a veces los ponen en posición incómoda. Sus avisadores formulan el tipo de preguntas sobre poder de compra, por ejemplo, que nadie le contestaría a un vendedor de autos. En el mundo físico, siempre es posible negarse a responder. Eso no sucede en línea”.

El funcionario se manifiesta preocupado por la publicidad que llega a los menores en línea y ciertas tácticas poco leales de los avisadores para captar datos sobre los navegantes. “Ya no es posible saber quiénes ni para qué nos espían cuando visitamos internet”, afirmaba Leibowitz durante un foro sobre segmentación de actitudes (behavioral targeting).

En la práctica, el asunto va más allá de la web. Vía Gmail, Google dispara avisos basados en determinadas palabras detectadas en cada correo electrónico. A su vez, MySpace ayuda a los marquetineros a seleccionar avisos basándose en información que ofrecen los propios navegantes.

A fin de proteger a los usuarios, Leibowitz propugnó normas genéricas y claras en cuanto a intimidad. Al respecto, citó un estudio según el cual las personas con educación secundaria entienden apenas 1% de las políticas sobre privacidad que difunden las firmas.

También subrayó que ninguna compañía analizada en el trabajo emplea este tipo de segmentación en forma opcional. Esto es, la herramienta de marketing de impone sin consultar. “La mayoría de empresas obliga a la gente a iniciar acciones si no quiere ser objeto de la segmentación conductista. Esto debe cambiar drásticamente”, sostuvo el funcionario. “Las personas deben poder controlar sus computadoras y el marketing o los perfiles abusivos deben terminar”.

Naturalmente, varios allegados al negocio sostienen que “la CFC no debiera meterse”, en palabras de Randall Rothenberg, presidente del centro de publicidad interactiva. A su criterio, “se trata de una innovación extraordinaria”. Menos intransigentes, varias compañías –entre ellas, Google misma- admitieron que podrían fácilmente mejorar calidad y precisión de las campañas en línea, sin comprometer principios básicos de privacidad. Ejecutivos de Microsot, Yahoo, Facebook y AOL coincidieron.

Amina Fazlullah, portavoz de usuarios, es escéptica. “Los sitios web piden a los visitantes demasiada información personal y a veces los ponen en posición incómoda. Sus avisadores formulan el tipo de preguntas sobre poder de compra, por ejemplo, que nadie le contestaría a un vendedor de autos. En el mundo físico, siempre es posible negarse a responder. Eso no sucede en línea”.

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