Aspectos poco claros en la remuneración de ejecutivos

La fijación de paga a niveles superiores de las empresas suele quedar en manos de los interesados. En teoría, los comités específicos debieran ser tan independientes como para negar aumentos o imponer rebajas. Pero a menudo no es así.

23 diciembre, 2002

De hecho, las cosas son al revés. Una investigación sobre dos mil firmas en Estados Unidos –hecha por el New York Times con auspicios de la National Association of Corporate Directors- revela que, en varios cientos de ellas, los miembros del comité de remuneraciones trabajan o hacen negocios con el CEO y otros directores. En varios casos, hasta son parientes de los ejecutivos cuyos sueldos deben establecer.

El torrente de leyes y disposiciones desencadenado desde julio, tras una ola de escándalos empresarios por demás costosos, no dice gran cosa sobre aquellos comités. No obstante, se prescribe alto grado de independencia, autonomía o equidad para comités auditores, juntas directivas y auditores externos. Todas instancias que supervisan gastos de personal, entre otros elementos del balance.

“Sin la menor duda, en general los comités remuneratorios parecen clubes de amigos”, admite Roger Raber, CEO de la NACD. “Sólo debieran aceptarse vocales sin lazos familiares, personales, laborales ni de negocios con los ejecutivos. De lo contrario, el tema irá convirtiéndose en una crisis perpetua, especialmente vía paquetes indemnizatorios, a medida como se extienda la nueva ola de despidos en las propias cúpulas”.

El estudio se hizo sobre dos mil de las principales firmas estadounidenses, medidas en términos de valor bursátil según los índices Standard&Poor’s. Más de 30% (620) contaban en sus comités con gente allegada a cada CEO. Otras ochenta (4%) mostraban lazos aún más estrechos y con varios directivos amén del CEO.

De hecho, las cosas son al revés. Una investigación sobre dos mil firmas en Estados Unidos –hecha por el New York Times con auspicios de la National Association of Corporate Directors- revela que, en varios cientos de ellas, los miembros del comité de remuneraciones trabajan o hacen negocios con el CEO y otros directores. En varios casos, hasta son parientes de los ejecutivos cuyos sueldos deben establecer.

El torrente de leyes y disposiciones desencadenado desde julio, tras una ola de escándalos empresarios por demás costosos, no dice gran cosa sobre aquellos comités. No obstante, se prescribe alto grado de independencia, autonomía o equidad para comités auditores, juntas directivas y auditores externos. Todas instancias que supervisan gastos de personal, entre otros elementos del balance.

“Sin la menor duda, en general los comités remuneratorios parecen clubes de amigos”, admite Roger Raber, CEO de la NACD. “Sólo debieran aceptarse vocales sin lazos familiares, personales, laborales ni de negocios con los ejecutivos. De lo contrario, el tema irá convirtiéndose en una crisis perpetua, especialmente vía paquetes indemnizatorios, a medida como se extienda la nueva ola de despidos en las propias cúpulas”.

El estudio se hizo sobre dos mil de las principales firmas estadounidenses, medidas en términos de valor bursátil según los índices Standard&Poor’s. Más de 30% (620) contaban en sus comités con gente allegada a cada CEO. Otras ochenta (4%) mostraban lazos aún más estrechos y con varios directivos amén del CEO.

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