domingo, 7 de diciembre de 2025

El mercado inmobiliario argentino refuerza su rol como refugio de valor ante la incertidumbre

Ante la pausa en operaciones y la cautela de inversores, las propiedades mantienen atractivo por su potencial de crecimiento y renta positiva. El sector se adapta con financiamiento directo y observa el impacto de la coyuntura política y económica en créditos hipotecarios y precios.

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El escenario actual del mercado inmobiliario argentino está marcado por la espera y la cautela frente a las definiciones políticas y económicas. Los principales referentes del sector observan con atención las posibles medidas que puedan influir en la normalización del país y en la dinámica de compraventa de inmuebles.

Óscar Puebla, director de Puebla Inmobiliaria, sostuvo que existe expectativa respecto a la continuidad de políticas que aporten previsibilidad. Si bien las operaciones continúan, el ritmo es más lento y predomina la prudencia. “Hay interés, pero también mucha cautela. El mercado entró en una pausa forzada por la coyuntura política y económica nacional”, afirmó Puebla. La falta de definiciones frena decisiones de compra y venta, aunque los valores actuales y las oportunidades siguen despertando interés entre quienes buscan proteger su capital.

Según Puebla, “el ladrillo continúa siendo una de las alternativas más sólidas de inversión”, en particular bajo situaciones de volatilidad. Las propiedades permanecen por debajo de los valores máximos registrados en 2018, lo que indica un margen de crecimiento y posiciona la compra de inmuebles como una opción segura frente a la inestabilidad de bonos o acciones. Además, el mercado locativo presenta rentas positivas, representando un incentivo adicional para quienes priorizan resguardo y rentabilidad.

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El endurecimiento de los créditos hipotecarios llevó a los desarrolladores a ofrecer financiamiento directo, con cuotas en dólares fijas y sin interés, como respuesta a la restricción bancaria. Pablo Barrera, team leader y gerente comercial de Alto Grande Desarrollos y M&M Propiedades, destacó: “Muchas desarrolladoras ofrecen como alternativa el financiamiento directo para los inversores”. Barrera agregó: “Lo que protege al inversor es contar con activos reales. En ese sentido, el metro cuadrado sigue siendo el instrumento más sólido”.

Por otra parte, Hugo Koifman, CEO del Grupo Branson, consideró que la menor inflación aporta previsibilidad en negociaciones y permite una gestión más normal de contratos y ventas. Respecto a los costos, Koifman señaló una disminución en materiales por el ingreso de producto importado, lo que obligó a la industria local a ajustar precios. “Tanto la demanda como el costo empujan a subir los valores, hasta donde el mercado puede soportarlo”, expresó Koifman.

El sector inmobiliario se mantiene atento a los próximos movimientos políticos y económicos, considerando al ladrillo como sinónimo de estabilidad y resguardo de valor a futuro.

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