Joby Aviation, uno de los actores más relevantes en el desarrollo de aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, por su sigla en inglés), completó con éxito el primer vuelo entre dos aeropuertos públicos bajo espacio aéreo controlado por la Administración Federal de Aviación (FAA) en Estados Unidos. La operación se realizó el viernes 15 de agosto de 2025 entre los aeropuertos de Marina y Monterey, en California, con un recorrido de 10 millas náuticas —aproximadamente 18,5 kilómetros— en un tiempo total de vuelo de 12 minutos.
La compañía calificó el evento como “la primera vez que un taxi aéreo eléctrico, con piloto a bordo, completa un vuelo entre dos aeropuertos públicos en EE.UU.”. El anuncio fue recibido positivamente por el mercado: las acciones de Joby (JOBY) subieron más de 3% en las primeras horas de negociación del viernes.
Este avance forma parte de un programa más amplio de pruebas y validaciones necesarias para obtener la certificación final de la FAA, un paso imprescindible para comenzar operaciones comerciales regulares de transporte de pasajeros.
El mercado de los eVTOL: promesa y competencia
La industria de los eVTOL forma parte del ecosistema emergente de la movilidad aérea urbana (UAM, por sus siglas en inglés), un sector que combina innovación aeronáutica, electrificación, inteligencia artificial y nuevas regulaciones para crear una red de transporte aéreo ágil, sostenible y descentralizada, especialmente en zonas urbanas y suburbanas.
Los vehículos eVTOL están diseñados para despegar y aterrizar verticalmente como un helicóptero, pero con la eficiencia, menor ruido y menores costos operativos que permite la propulsión eléctrica. La mayoría de los proyectos prioriza vuelos de corta distancia —entre 15 y 80 kilómetros—, lo que permitiría conectar zonas densamente pobladas sin requerir grandes infraestructuras.
La proyección del mercado es ambiciosa. Según datos de Morgan Stanley, el sector de la movilidad aérea urbana podría alcanzar un valor global de US$ 1 billón hacia 2040. Empresas como Archer Aviation, Lilium, Vertical Aerospace y EHang compiten en el desarrollo de aeronaves certificables y escalables. Joby, sin embargo, ha logrado consolidar una posición destacada gracias a una combinación de capital, avances regulatorios y respaldo institucional.
El modelo de negocio de Joby Aviation
Fundada en 2009 en Santa Cruz, California, Joby ha desarrollado un eVTOL con seis rotores basculantes capaz de transportar hasta cuatro pasajeros más el piloto. La aeronave promete un rango de hasta 150 millas (240 km) con una sola carga y velocidades de crucero de 200 mph (320 km/h).
Entre los principales accionistas e inversores de la compañía se encuentran Toyota, Uber (que le vendió su división aérea en 2020), Intel Capital y Baillie Gifford. En 2021, Joby se convirtió en empresa pública a través de una fusión con una Special Purpose Acquisition Company (SPAC), obteniendo capital adicional para financiar el desarrollo de su aeronave.
Joby prevé operar directamente su red de transporte, integrando el desarrollo del vehículo con la gestión del servicio, al estilo de plataformas como Uber. Su modelo busca combinar vuelos interurbanos con servicios urbanos de corta distancia, priorizando trayectos de alta congestión terrestre.
El rol de la FAA y la regulación emergente
El vuelo entre Marina y Monterey se inscribe dentro de la segunda etapa del proceso de certificación de tipo de la FAA, centrada en pruebas de operación en condiciones reales. La FAA ha avanzado en los últimos años en la creación de un marco normativo específico para los eVTOL, incluyendo reglas sobre aeronavegabilidad, capacitación de pilotos, seguridad operativa y espacio aéreo.
En junio de 2023, la FAA publicó un borrador de regulación para habilitar las operaciones de eVTOL dentro del sistema de transporte aéreo existente, reconociendo a estos vehículos como una categoría aeronáutica distinta. El marco prevé que, para operar comercialmente, las aeronaves deberán contar con un certificado de tipo, un certificado de producción y una autorización de operación.
Joby estima que podrá completar este proceso hacia fines de 2025, con una entrada en servicio comercial prevista para 2026. La compañía ya ha firmado acuerdos con el Departamento de Defensa de EE.UU. para probar sus aeronaves en bases militares y participa activamente en iniciativas conjuntas con la NASA y otras agencias gubernamentales.
Infraestructura, costos y desafíos
Uno de los principales desafíos para la adopción masiva de los taxis aéreos eléctricos es la infraestructura. Si bien los eVTOL pueden operar desde helipuertos existentes, se requiere una red densa de “vertipuertos” con capacidad de carga eléctrica rápida, gestión del tráfico aéreo urbano y logística de embarque. Varias ciudades como Los Ángeles, Dallas, Miami, París y Dubái han comenzado a planificar y licitar estos sistemas.
Otro desafío es el costo operativo y la rentabilidad del modelo. Aunque los eVTOL prometen costos por kilómetro más bajos que los helicópteros tradicionales, aún deben demostrar que pueden competir con otros modos de transporte urbano en términos de precio final para el usuario. Se espera que los primeros servicios estén orientados a sectores premium o corporativos, con precios estimados de US$ 3 a US$ 6 por milla por pasajero.
Perspectivas para el mercado global
La validación de operaciones reales, como la lograda por Joby en California, representa un paso decisivo para consolidar la confianza de reguladores, inversores y consumidores en esta tecnología emergente. La competencia entre fabricantes y operadores es intensa, y el mercado aún no ha definido quiénes serán los líderes definitivos de esta nueva industria.
América Latina también observa con interés estos desarrollos. Ciudades con alta densidad y problemas crónicos de congestión, como São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires, podrían beneficiarse de soluciones de movilidad aérea si se alinean los marcos regulatorios y la inversión en infraestructura.












