Argentina experimentó una marcada disminución en la presencia de inversores extranjeros en el ámbito de nuevas variedades de semillas durante los últimos veinte años. De acuerdo con un estudio elaborado por Andrés Gallo, profesor del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales de Rosario de la Universidad Austral, la participación de empresas extranjeras pasó del 59% al 25,4% entre 1999 y 2021.
En contraste, Brasil incrementó su participación del 9,9% al 41,2% en el mismo período, mientras que Estados Unidos se mantuvo estable cerca del 53%. Estos datos, basados en información de la UPOV (Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales), reflejan una pérdida de atractivo de Argentina frente a competidores que avanzan hacia sistemas de protección modernos.
El informe “Innovación en el agro argentino. La política económica de los derechos de propiedad intelectual en semillas” señala que el país conserva una ley de semillas de 1973 y continúa adherido al convenio internacional UPOV-78, lo cual desalienta la inversión en nuevas tecnologías para el sector agropecuario. El estudio sostiene que la falta de modernización legal genera incertidumbre y frena el desarrollo tecnológico.
Según Gallo, “Argentina tenía un liderazgo en innovación, pero lo fue perdiendo. Las empresas temen invertir porque no hay derechos de propiedad bien establecidos”. Mientras tanto, Estados Unidos ofrece patentes y protección integral, y Brasil avanza con reglas claras.
El informe concluye que modernizar la ley de semillas es fundamental para atraer inversiones, generar empleo y asegurar la competitividad de Argentina en el mercado global, según datos de la Universidad Austral y la UPOV.
