En septiembre de 2025, las ventas de los autoservicios mayoristas volvieron a ofrecer una radiografía precisa del consumo. Medidas a precios constantes —es decir, descontando el efecto de la inflación—, registraron una caída de 13,1% respecto del mismo mes de 2024 y un descenso acumulado de 7,4% en los primeros nueve meses del año, de acuerdo con la Encuesta de autoservicios mayoristas del Indec.
En paralelo, las ventas a precios corrientes sumaron $287.852,7 millones, con un incremento nominal de 7,9% interanual, impulsado por rubros como carnes (29,9%), panadería (15,6%), bebidas (13,3%) y almacén (12,4%). La brecha entre el aumento nominal y la caída real confirma que el volumen vendido se reduce, aun cuando la inflación se desacelera respecto de años previos.
El índice de la serie desestacionalizada, que permite eliminar efectos propios del calendario, mostró además una baja mensual de 5,2%, mientras que la serie tendencia-ciclo se redujo 1,5%. Se trata de señales consistentes con un enfriamiento del consumo masivo, en un contexto de gradual recuperación de otras variables macroeconómicas.
Qué muestra el informe del Indec
La Encuesta de autoservicios mayoristas releva un panel de 32 empresas con 196 bocas de expendio, orientadas a la venta a consumidores finales y a pequeños comercios. El indicador central es el índice de ventas a precios constantes, con base 2017=100, que permite evaluar el comportamiento del volumen más allá de los cambios de precios.
En septiembre, ese índice se ubicó por debajo del nivel observado un año atrás y consolidó un recorrido descendente a lo largo de 2025. El acumulado enero-septiembre refleja una contracción de 7,4% interanual, lo que marca un deterioro sostenido del canal mayorista en términos reales.
La caída no fue homogénea por rubros. Los grupos con mayores incrementos nominales —carnes, panadería, bebidas y almacén— muestran todavía cierto dinamismo de facturación, pero principalmente por precios. La variación real del consumo se mantiene negativa, lo que sugiere que los hogares ajustan cantidades, marcas o formatos para enfrentar la pérdida de poder adquisitivo.
Un consumo débil en un año de desinflación
El informe se publica en un contexto muy distinto del observado en 2023. La inflación mensual se ubica en torno de 2%-3%, con un acumulado de 22% en los primeros nueve meses y 24,8% hasta octubre, los valores más bajos para esos períodos desde 2017.
Las proyecciones del Banco Central y de consultoras privadas estiman para 2025 una inflación anual en torno de 23%-30%, muy por debajo de los registros de tres dígitos del bienio previo. Sin embargo, la mejora nominal de precios no se trasladó de forma plena al bolsillo: distintos relevamientos dan cuenta de caídas del salario real en los últimos meses y de una pérdida de puestos de trabajo en el sector privado formal.
Ese desajuste entre desinflación y poder de compra ayuda a entender por qué el volumen de ventas en autoservicios mayoristas se retrae. Los hogares enfrentan tarifas y servicios más caros en términos reales, salarios que se ajustan por detrás de los precios y condiciones de crédito más exigentes. El resultado es un consumo más selectivo, con postergación de compras y un uso intensivo de promociones.
Mayoristas y supermercados: dos termómetros complementarios
La fotografía de los autoservicios mayoristas se complementa con la Encuesta de supermercados. Para septiembre de 2025, el Indec registró en ese canal una caída de 0,8% interanual en el índice de ventas a precios constantes. Sin embargo, el acumulado enero-septiembre aún muestra un aumento de 2,7% respecto de 2024, lo que evidencia un desempeño algo menos contractivo que el del segmento mayorista.
La diferencia no es menor. Los autoservicios mayoristas operan como proveedores de comercios de cercanía, autoservicios minoristas y pequeñas empresas gastronómicas. Una baja más profunda en ese canal sugiere una contracción tanto del consumo directo de los hogares como de la demanda intermedia de otros puntos de venta.
En cambio, los grandes supermercados se benefician, en parte, del cambio de hábitos de compra. En períodos de ajuste, los consumidores tienden a concentrar gastos en cadenas que ofrecen marcas propias, descuentos por volumen o programas de fidelización. La caída real en este canal existe, pero es menor que en los mayoristas.
Señales para la economía 2026
El informe de autoservicios mayoristas se conoce en paralelo con datos más favorables del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que mostró un crecimiento interanual de 5% en septiembre y una variación positiva en el tercer trimestre respecto del anterior, tras revisiones al alza.
Ese contraste —actividad agregada en recuperación y consumo masivo más débil— sugiere una composición distinta del crecimiento: mayor peso de la inversión, las exportaciones y algunos sectores transables, frente a un mercado interno que se normaliza lentamente luego del shock inflacionario.
Para las compañías de consumo masivo, el dato de los mayoristas funciona como señal de alerta. La combinación de ventas reales en descenso, menor elasticidad para nuevos aumentos de precios y presión competitiva de marcas propias obliga a revisar estrategias comerciales: foco en presentaciones más pequeñas, empaques económicos, segmentación por canal y una gestión fina de promociones y financiamiento.
Desde la política económica, la lectura es doble. Por un lado, la desaceleración de la inflación y la perspectiva de crecimiento del PIB son consistentes con la consolidación fiscal planteada en el presupuesto y con el programa acordado con los organismos internacionales. Por otro, la persistente debilidad del consumo masivo evidencia que el ajuste distributivo aún no encuentra un piso, lo que condiciona el margen social para sostener el rumbo.
En los próximos meses, la evolución del índice de autoservicios mayoristas será un indicador clave. Si el consumo comienza a estabilizarse en términos reales, las ventas deberían dejar de caer a dos dígitos y mostrar, al menos, una desaceleración de la tendencia negativa. Si, por el contrario, la recesión en el canal se prolonga, aumentará la presión sobre el empleo, la rentabilidad de las empresas del rubro y la capacidad del mercado interno para acompañar la recuperación macroeconómica.












