domingo, 22 de diciembre de 2024

Los bancos tras un modelo global sostenible

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Sin medidas drásticas para aliviar balances, reducir costos y atraer dinero fresco –o sea, inversores–, los bancos occidentales no podrán ganar liquidez ni desempeñar su función clave. Esto es, promover la recuperación y el crecimiento de la economía física.

<p><span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; line-height: 17px; ">Sin medidas dr&aacute;sticas para aliviar balances, reducir costos y atraer dinero fresco &ndash;o sea, inversores&ndash;, los bancos occidentales no podr&aacute;n ganar liquidez ni desempe&ntilde;ar su funci&oacute;n clave. Esto es, promover la recuperaci&oacute;n y el crecimiento de la econom&iacute;a f&iacute;sica. Especialmente en el nuevo contexto de fragilidad europea y debilidad estadounidense.</span></p>
<p><span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Habr&aacute; cambios que exigir&aacute;n moverse en un mundo con crecientes regulaciones. As&iacute; lo ve un estudio del&nbsp;</span><em style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; ">McKinsey Quarterly</em><span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">. Las crisis sist&eacute;mica norteamericana (2008/09) y de endeudamiento (Uni&oacute;n Europea, 2009 en adelante) son desaf&iacute;os inescapables.<br />
</span></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><br />
Sin duda, est&aacute;n en juego los modelos convencionales, sobre todo en las econom&iacute;as centrales de Occidente. En este escenario, peligra la aptitud de mantener niveles aceptables de rentabilidad para accionistas e inversores.<br />
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<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">McKinsey Quarterly</em>&nbsp;lo se&ntilde;ala en su publicaci&oacute;n trimestral, en un an&aacute;lisis titulado &ldquo;Situaci&oacute;n de la banca global, en busca de modelos sustentables&rdquo;.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Apoy&aacute;ndose en cifras de 2010 y de la primera mitad de 2011 referidas a retornos sobre acciones (RSA) en Estados Unidos-Canad&aacute; y la UE, el trabajo concluye que ambas crisis no han sido superadas y hasta pueden recrudecer. Por el contrario, la brecha puede ampliarse por efectos de nuevos requerimientos regulatorios.&nbsp;<br />
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A primera vista, 2010 fue un buen a&ntilde;o para el negocio financiero. Los ingresos netos totales alcanzaron un r&eacute;cord de US$ 3,8 billones (millones de millones). Pero ese panorama rosado no implica, necesariamente, un futuro brillante para los bancos privados de Estados Unidos y la UE. En realidad, 90% de la mejora en rentabilidad era atribuible a menores proyecciones de p&eacute;rdidas crediticias.&nbsp;<br />
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Adem&aacute;s, gran parte &ndash;si no todas&ndash; las buenas noticias proced&iacute;an de mercados emergentes. Por otro lado, declinaban los flujos de capital transfronterizo, las valuaciones y la confianza de los inversores en el porvenir. Ello ocurr&iacute;a ya antes de la segunda crisis de deuda en la Eurozona (2011).&nbsp;<br />
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Por consiguiente, esos mismos inversores han estado reconsiderando perspectivas y opciones, con un resultado: degradar al sector privado (como hacen las calificadoras con los pa&iacute;ses). Los mayores problemas abarcan el costo de hacer negocios, gracias primordialmente a nuevas regulaciones sobre los bancos. En particular, el aumento de encajes para soportar mejor eventuales cimbronazos, entre ellos escasez de liquidez.<br />
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<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Bajo retorno<br />
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En 2010, la actividad bancaria en EE.UU. y la UE depar&oacute; un RSA de apenas 7 y 7,9%, respectivamente. Aun normalizando esos retornos (asumiendo p&eacute;rdidas equivalentes a los promedios de 2000/07), el RSA de 2010 se eleva a 9,3% o 9,2% en los dos mercados. En este nivel, los retornos siguen 1,5% bajo los costos accionarios. Aun antes de que la actividad haya digerido los capitales adicionales exigidos por Basilea III, la banca de econom&iacute;as centrales afrontar&aacute; una significativa brecha en rentabilidad.<br />
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McKinsey calculaba, hace tres meses, que alcanzar un RSA de 12% hacia 2015 &ndash;a ambas orillas del Atl&aacute;ntico norte&ndash; demandar&aacute; a los bancos privados a&ntilde;adir m&aacute;s de US$ 350.000 millones en ganancias netas durante el lapso intermedio. Esto presupone el doble del monto a fin de este a&ntilde;o o el total anual de utilidades combinadas de las industrias automotriz y farmoqu&iacute;mica.&nbsp;<br />
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En la UE y Norteam&eacute;rica resulta claro que ya no ser&aacute; posible seguir con el negocio financiero tal como era hasta 2010. Los bancos son presionados para incrementar ganancias de capital y buscar oportunidades, pero obtenerlas en plazas desarrolladas es dif&iacute;cil. Esto explica que, como presume el informe, los mercados emergentes probablemente contribuyan con casi la mitad de ingresos bancarios hacia 2020. Esto debe compararse con el actual 33%. En el decenio 2012/21, entretanto, 60% de la expansi&oacute;n sectorial derivar&aacute; de fuentes emergentes.<br />
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A criterio de McKinsey, las instituciones financieras han de combinar dos movidas.<br />
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<strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Achicar balances.</strong>&nbsp;Tanto en la UE como en EE.UU., han de encontrarse formas de operar con menos capital y mayor eficiencia. Por ejemplo, los bancos europeos pueden desplazar parte de sus pr&eacute;stamos a mercados de capital y a revivir la plaza de t&iacute;tulos soberanos. De paso, requerir&aacute; expandir mercados de deuda convencionales y desarrollar alternativas de bajo costo para los inversores.<br />
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<strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Reducir costos.&nbsp;</strong>Para alcanzar un RSA de 12% solo recortando gastos, sin adoptar alguna de las medidas recomendadas, los bancos debieran limitar sus erogaciones hasta 6% anual entre 2012 y 2015. No es una exigencia f&aacute;cil, dado que apenas una de 50 entidades ha encarado rebajas de hasta 4% durante el per&iacute;odo 2001 a 2010.</p>

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