miércoles, 17 de diciembre de 2025

El tipo de cambio, los precios mayoristas y su impacto en la inflación y la actividad

El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre el sistema de índices de precios mayoristas, correspondiente a agosto de 2025, permite trazar un puente clave entre la evolución del tipo de cambio, la dinámica de los precios internos y el comportamiento del nivel de actividad y muestra que la relación entre estas variables no es mecánica, pero constituye uno de los canales centrales de transmisión de la inflación en la economía argentina.

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Los datos de agosto

El Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró en agosto un incremento del 3,1% respecto de julio, explicado por un aumento similar en los productos nacionales (3,1%) y por una suba de 2,9% en los importados. El Índice de precios internos básicos al por mayor (IPIB) mostró una variación del 3,3%, mientras que el Índice de precios básicos del productor (IPP) se elevó 3,5% en el mismo período .

En términos interanuales, la suba se ubica en torno al 22%, con una incidencia destacada de los productos agropecuarios (29%) y de los refinados del petróleo (30,3%). El acumulado del año muestra una variación del 15,7% en el IPIM y algo superior en el IPP (16,6%) .

El papel del tipo de cambio

El tipo de cambio constituye un factor decisivo en la formación de precios mayoristas. Los productos importados subieron 2,9% en el mes y acumulan 14,4% en lo que va de 2025. Este componente funciona como un canal directo de transmisión: cada movimiento cambiario se refleja casi de inmediato en los precios mayoristas, dado que las importaciones son referencia para bienes intermedios, insumos industriales y productos de consumo final.

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En paralelo, la devaluación incide en los precios de los bienes transables de producción local, desde el agro hasta la industria automotriz. Así, la depreciación de la moneda eleva los precios relativos de estos sectores, presionando tanto sobre la canasta de mayoristas como sobre el índice minorista.

Precios mayoristas e inflación minorista

El índice mayorista suele anticipar los movimientos del Índice de precios al consumidor (IPC). La transmisión, sin embargo, no es completa: depende de factores como la magnitud del pass-through cambiario, la regulación de tarifas y la política monetaria.

El 3,1% de aumento de agosto en el IPIM constituye una señal de alerta para los próximos registros del IPC. La mayor incidencia provino de los productos agropecuarios y de los refinados del petróleo, rubros que suelen trasladarse con rapidez al consumidor final, ya sea por alimentos o combustibles.

En este sentido, los mayoristas funcionan como un termómetro adelantado. El aumento acumulado de 15,7% en los ocho meses transcurridos de 2025 contrasta con un IPC que muestra una variación algo más contenida en el mismo período. Esa brecha sugiere que parte de la presión de costos aún no se volcó plenamente al consumidor y podría hacerlo en los próximos meses.

Actividad económica y márgenes

El impacto sobre la actividad depende de la velocidad de traslado. Cuando las empresas enfrentan mayores costos mayoristas sin poder reflejarlos de inmediato en los precios minoristas, sus márgenes se comprimen, lo que desincentiva la inversión y el empleo. Por el contrario, cuando la traslación es rápida, el efecto se percibe en una caída del consumo, al erosionarse el poder adquisitivo de los hogares.

El informe del INDEC muestra que los productos manufacturados aumentaron 2,8% en agosto, con alzas destacadas en vehículos automotores (5,2%) y en sustancias químicas (2,3%). Estos sectores dependen fuertemente de insumos importados y del crédito. Un encarecimiento sostenido de sus costos, vinculado a la evolución del dólar, tiende a ralentizar la producción industrial y a moderar el nivel de actividad.

Un dilema histórico

La economía argentina ha enfrentado de manera recurrente el dilema de sostener un tipo de cambio competitivo sin que ello derive en una espiral inflacionaria. La evidencia muestra que los ajustes cambiarios, al mismo tiempo que buscan mejorar la balanza comercial y estimular la producción local, repercuten en la aceleración de los precios mayoristas y, por esa vía, en la inflación minorista.

En contextos de expectativas inestables, como el actual, la sensibilidad del IPIM al tipo de cambio es mayor. El resultado es una tensión permanente entre los objetivos de competitividad y estabilidad.

Perspectivas

El informe de agosto sugiere que los precios mayoristas continúan en un sendero de aumentos moderados en comparación con los picos de años anteriores, pero con un componente importado y energético que refuerza la vulnerabilidad cambiaria. Si el dólar oficial acompaña la inflación, la transmisión a los precios minoristas será gradual; si se produce un salto abrupto, el traslado será inmediato y de mayor magnitud.

Para la política económica, el desafío sigue siendo articular un esquema de coordinación que permita evitar que la dinámica de los mayoristas se convierta en un anticipo de una aceleración inflacionaria que, a su vez, afecte la actividad. La historia argentina enseña que la desconexión entre tipo de cambio, precios y producción solo puede sostenerse de manera transitoria. El informe del INDEC de agosto vuelve a recordarlo.

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