El sector de la construcción en Argentina incorpora de manera creciente productos elaborados con plásticos reciclados, como ladrillos, tejas, paneles y aislantes. Estos materiales, fabricados a partir de residuos recuperados y tecnología industrial, contribuyen a obras que priorizan eficiencia energética, bajo impacto ambiental y menores costos de mantenimiento.
El empleo de plásticos reciclados en la industria se apoya en el ecodiseño, que consiste en desarrollar productos durables y optimizar recursos, permitiendo reutilizar materiales previamente descartados. La separación en origen, la educación ambiental y la recolección diferenciada favorecen la transformación de residuos plásticos en insumos para nuevos procesos productivos.
La certificación INTI–Ecoplas de contenido reciclado constituye un avance relevante, al garantizar trazabilidad y calidad a través de estándares, sellos y códigos QR informativos. Esta herramienta verifica el porcentaje de material reciclado en cada producto, aportando transparencia y alineando a los fabricantes nacionales con prácticas internacionales.
De acuerdo con datos del sector, la cadena del reciclaje de plásticos genera actualmente más de 50.000 empleos y su actividad evitó la emisión de 482.000 toneladas de CO₂ únicamente en 2023. Además, la producción de ladrillos plásticos —que requieren aproximadamente un balde o unas 330 tapitas de gaseosa por unidad— permite el ensamble modular y en seco, lo que reduce tiempos y desperdicios de obra. Con unas 4,5 toneladas de plástico recuperado puede edificarse una vivienda de sesenta metros cuadrados.
Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas, señaló: “Los productos y nuevas aplicaciones con plásticos reciclados son una realidad que está en evolución en la construcción. Vemos una industria que los integra cumpliendo normas de calidad y estándares del sector”. También afirmó: “La construcción sustentable exige certificaciones confiables, marcos normativos modernos e innovación aplicada. Los plásticos con propósito pueden mejorar el desempeño energético de los edificios y aportar competitividad a la industria”.
El país avanza hacia una construcción sustentable, medible y certificable, con potencial de valor exportable, según informó Ecoplas.












