Entendemos que las mejores prácticas a implementar son las que se alinean al propósito de una organización, así como también resulta necesario que estén en sintonía con el negocio para poder dotar de viabilidad y factibilidad a los proyectos implementados con miras al triple impacto. A su vez, para integrar transversalmente la mirada con foco en la sostenibilidad resulta imprescindible que el liderazgo de la compañía se involucre y construya una estrategia de gobernanza que ofrezca un marco de acción definido.
En efecto, en GDN Argentina, la estrategia de sustentabilidad es el marco de acción para dar cumplimiento a nuestro propósito de mejorar la calidad de vida de colaboradores, clientes y comunidades, creando experiencias relevantes con marcas honestas. En este sentido, implementamos acciones tendientes a la construcción de comunidades fuertes, buscando ser agentes de cambio para las poblaciones de las que somos parte. Asimismo, transformamos nuestra metodología de trabajo a diario, en pos de mejorar nuestro desempeño ambiental, mitigando el impacto de nuestras operaciones. Finalmente, trabajamos en la creación de oportunidades de desarrollo económico y de acceso para las personas que forman parte de nuestros equipos, para el segmento de proveedores pyme y para el talento femenino de nuestra organización.
¿De qué manera se maneja la tensión entre la necesaria rentabilidad que impone el corto plazo y las decisiones vinculadas a la estrategia sustentable, con mirada hacia el futuro?
Si bien el contexto actual resulta desafiante en ese sentido, se trata de una variable que debe ser incorporada al momento de la toma de decisiones: las iniciativas que pretendan ser parte del impacto en materia social y ambiental deben estar integradas al negocio, de modo que sean pasibles de ser implementadas y sostenibles a lo largo del tiempo. La mejor manera de resolver la tensión entre rentabilidad de corto plazo y la mirada puesta en el futuro es acercar los extremos, trabajar sobre las brechas y lograr que los proyectos tengan un retorno para los procesos de la organización, no solo en materia económica.
Estamos convencidos de que adoptar prácticas sostenibles que lleven a una mayor eficiencia en los procesos es clave para hacer crecer la rentabilidad en la organización. La optimización en el uso de los recursos naturales, la mitigación en la generación de residuos, la implementación de una política de compras sustentables y la revisión de circuitos productivos que llevamos adelante en la compañía, entre otras, son iniciativas que no solo reducen los costos sino también minimizan el impacto de nuestro negocio.