La Conferencia de las Partes número treinta (COP30) se realizó en Belém, Brasil, a diez años del Acuerdo de París, y renovó la atención global sobre la acción climática. El encuentro reafirmó compromisos internacionales y focalizó en la implementación, la inclusión social, la protección de la naturaleza y la innovación tecnológica.
Las negociaciones formales concluyeron con un acuerdo condicionado por el contexto geopolítico, sin la inclusión de hojas de ruta para la eliminación de combustibles fósiles ni medidas específicas contra la deforestación. Entre los avances principales se encuentra el compromiso de triplicar los fondos para adaptación en países en desarrollo hacia 2035, aunque sin una línea base definida, lo que dificulta dimensionar el aumento real. Además, se establecieron 59 indicadores para medir el progreso del Objetivo Global de Adaptación, respaldados por un programa de dos años, pero sin una base técnico-científica clara.
Otro resultado relevante fue la creación de un Programa de Trabajo para la Transición Justa, enfocado en guiar cambios inclusivos hacia economías bajas en carbono y que incluye un enfoque basado en derechos humanos, ambiente sano y participación de grupos marginados. Se estableció también un Acelerador Global de Implementación para apoyar los planes nacionales y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), aunque su carácter voluntario y la falta de compromisos directos pueden acotar su alcance.
En forma paralela, se lanzaron iniciativas voluntarias para revertir la deforestación y acelerar la transición energética, resaltando la importancia de la colaboración entre actores. El enfoque actual exige que las empresas ajusten estrategias e inversiones, en un escenario donde las energías renovables y el almacenamiento ganan competitividad.
La COP30 otorgó mayor protagonismo a la adaptación y la Transición Justa, con indicadores que estandarizan métricas de riesgo climático y resiliencia, e iniciativas que incorporan salvaguardas sociales y recualificación laboral, elementos centrales para sectores intensivos en carbono.
“La tecnología se posiciona como acelerador clave para transformar compromisos en resultados: desde la inteligencia artificial aplicada a la agricultura hasta plataformas digitales para monitoreo satelital, la COP30 mostró que la próxima década será digital, colaborativa y basada en datos”, dijo Belén Arce, Senior Manager de Sustentabilidad de Accenture Argentina.












