Greenpeace planteó su preocupación ante la reducción de recursos para la Ley de Bosques prevista en el proyecto de Ley de Presupuesto 2026. El nuevo presupuesto, presentado por el Poder Ejecutivo, prevé asignar 15.843 millones de pesos, apenas el 3,5% de lo estipulado legalmente, cuando la normativa establece un financiamiento de 444.000 millones de pesos.
La entidad ambientalista también alertó sobre la reciente disolución del Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, medida que podría permitir el desvío de fondos originalmente destinados a la protección de los bosques. A este escenario se suma la disolución del Fideicomiso Financiero y de Administración del Fondo Nacional del Manejo del Fuego, lo que genera incertidumbre sobre los recursos disponibles para prevención y combate de incendios forestales.
Argentina figura entre los 15 países con mayor deforestación en los últimos treinta años. Entre 1998 y 2023, se desmontaron cerca de 7 millones de hectáreas. De acuerdo con el monitoreo satelital realizado por Greenpeace, solo durante 2024 en el norte del país se perdieron 150.000 hectáreas de bosques nativos.
Respecto de la capacidad de respuesta ante incendios, trabajadores de la Administración de Parques Nacionales denunciaron que apenas cuentan con 363 brigadistas forestales, menos de la mitad del mínimo necesario para cubrir 5 millones de hectáreas bajo su jurisdicción. Señalaron además despidos, salarios insuficientes y precariedad en las contrataciones.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, sostuvo: “La cantidad insuficiente de fondos asignados a la Ley de Bosques por el gobierno nacional disminuirá la capacidad de control que realizan los gobiernos provinciales sobre los desmontes ilegales, ya que el treinta por ciento se destina a apoyo institucional. El resto se utiliza para promover la conservación y las actividades sustentables en los bosques”.
El monitoreo satelital de la organización estimó que, durante el último verano, los incendios forestales afectaron casi 32.000 hectáreas de Bosques Andino Patagónicos, cuadruplicando la superficie quemada respecto a la temporada anterior.












