La inteligencia artificial generativa (Gen AI) se posiciona como una herramienta estratégica para impulsar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según un reciente informe elaborado por Accenture y el Pacto Global de Naciones Unidas. El análisis, presentado en el contexto de la proximidad al décimo aniversario de la Agenda 2030, examina aplicaciones concretas y desafíos pendientes.
El documento revela que únicamente el 17 % de las metas de los ODS muestra avances significativos, lo que intensifica la necesidad de acelerar la acción empresarial mediante nuevas tecnologías. La Gen AI permite mejorar la predicción de cosechas y minimizar pérdidas en el sector agropecuario, además de combinarse con datos geoespaciales para monitorear la deforestación y facilitar decisiones de compra orientadas a la sostenibilidad.
En la industria, los denominados copilotos de inteligencia artificial optimizan la programación de líneas de producción. Este proceso contribuye a la reducción de costos, tiempos y emisiones. Por otra parte, las herramientas de IA agilizan la elaboración de reportes ESG (criterios ambientales, sociales y de gobernanza), permitiendo que los equipos destinen más recursos a la acción climática y social.
El ámbito financiero también se ve impactado: la inteligencia artificial facilita el diseño de bonos y créditos enfocados en modelos sostenibles, ampliando el acceso para empresas que buscan alternativas responsables. Sin embargo, el consumo energético de los centros de datos podría duplicarse entre 2022 y 2026, y hasta el 47 % de las horas laborales actuales presenta potencial de automatización o aumento por Gen AI.
Belén Arce, líder de sustentabilidad de Accenture, subraya: “Estamos en un punto de inflexión. La Gen AI puede ser el motor que acelere la acción empresarial hacia los ODS, siempre que se implemente con responsabilidad. El sector privado tiene la oportunidad de guiar este cambio, poniendo la tecnología al servicio de las personas y del planeta”.
El informe concluye que la tecnología debe ser considerada como una herramienta para cerrar la distancia entre intención y acción, y no como un fin en sí mismo.












