También la importancia de la tecnología para mejorar la productividad, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.
El estudio analiza el contexto y perfil de 36 AgTech y FoodTech, empresas que emplean la tecnología a los sistemas agropecuarios y alimentarios permitiendo aumentar la productividad, la eficiencia y sostenibilidad. El mismo documento destaca que el 100 % de las empresas estudiadas tiene un impacto directo en la reducción del hambre y en la consecución de la seguridad alimentaria, ODS 2, Hambre Cero.
“Innovación y emprendimiento serán fundamentales para resguardar la seguridad alimentaria de una población global que para el año 2050 superará los 9.700 millones de habitantes y que requerirá un aumento en la producción mundial de alimentos cercano al 60%. Para superar ese reto, los sistemas agroalimentarios de la región tendrán que diversificarse para aumentar su resiliencia, incorporar criterios de sostenibilidad que les permitan disminuir su impacto en el cambio climático, reducir el desperdicio de alimentos a lo largo de las cadenas productivas, e integrar procesos de digitalización e innovación que permitan mantener la competitividad. Hablamos de un desafío que no puede ser abordado sin el apoyo de las nuevas tecnologías”, afirmó el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand.
En las páginas del informe se identifican los principales retos que enfrentan los sistemas agroalimentarios y se presenta, además, una serie de empresas AgTech y FoodTech de referencia en México, Uruguay, Venezuela, Argentina, Paraguay, Costa Rica, España, Perú, Chile, Panamá, Ecuador, Colombia, Brasil y El Salvador.
El documento, firmado por la investigadora Elena Ruiz, consultora de Forética, apunta una serie de desafíos para las AgTech y las FoodTech, entre ellas la falta de un contexto legislativo que favorezca el desarrollo del sector y la resistencia a la innovación tecnológica en el sector agroalimentario. No obstante, también señala el desigual desarrollo que vive el sector en los 22 países, destacando el mayor impulso y facilidades en Argentina, Brasil y España.
El informe también constata la existencia de algunas políticas públicas que apuntalan el desarrollo de un sector que favorece el emprendimiento innovador en la mayoría de los países iberoamericanos. La argentina Agtech.ar, una iniciativa de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca que acelera la colaboración entre startups, productores, inversionistas, universidades y otras entidades, y la empresa pública brasileña Embrapa, con más de 2.000 investigadores, son un ejemplo de ello.
La financiación pública y privada sería otro de los pilares para asentar este sector, al igual que fomentar una cultura emprendedora hacia las AgTech y FoodTech. En ese aspecto, destacan los trabajos de Argentina, con Crea Lab; Bolivia, con la Fundación para el Desarrollo Tecnológico de los Valles de Bolivia, y Brasil, con Fellowship Program Agtech Garage, entre otros. Asimismo, el documento también analiza la importancia de desarrollar soluciones tecnológicas adecuadas al mercado.
El estudio, que da seguimiento a la “Ruta Crítica Hacia una Seguridad Alimentaria Incluyente y Sostenible” aprobada en la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, avala que la tecnología debe ser un acelerador de la transformación del sistema alimentario y en la reducción de la inseguridad alimentaria: la innovación en la disciplina de la agricultura y la producción de alimentos es la herramienta más apropiada para conseguirlo una vez superados los retos relacionados con aspectos financieros, de legislación o de resistencia a la innovación tecnológica.