Disminuyen las inversiones extranjeras en América latina

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En 2020 la pandemia tuvo un importante impacto sobre las inversiones extranjeras directas (IED) en los países de América latina y el Caribe, ya que se registró una disminución de estas inversiones en los años de la pandemia global (2019 y 2020).

En América Latina y el Caribe. según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), ingresaron 105.480 millones de dólares por IED en el año 2020, cifra que es un 40 por ciento menor a la cifra correspondiente al año 2018 (177,012 millones de dólares).

En 2020 estas IED fueron las más bajas de la última década, y su descenso interanual es comparable al de 2009, De esta forma, se concreta un segundo año consecutivo de caída, en un contexto de estancamiento de las entradas de inversiones que se constata desde la segunda mitad de la década de 2010. Estas IED cayeron en los dos años afectados por la pandemia global, ya que se redujeron en los años 2019 y 2020

Debemos señalar que el comportamiento de estas IED en los años de la pandemia fue muy distinto entre las naciones de la región. Por ejemplo, estas IED en Paraguay en el año 2020 fueron 24 por ciento mayor a las del año 2018, mientras que en Chile fueron también mayores (10 por ciento),

En el otro extremo se encuentran Perú y Argentina, con caídas de 86 y 66 por ciento. En las dos mayores economías de la región la caída en estas IED fueron, en México 17 por ciento y en Brasil 43 por ciento.

En un año en que las economías de la región se vieron muy golpeadas, con una caída del PIB estimada en un 6,8% en 2020, en un contexto social con graves crisis sanitarias, como destaca la CEPAL en su reciente informe, un sector de servicios visiblemente afectado por el cierre de las actividades y una industria manufacturera, están estancados o en declive en los últimos años. La IED acompañó esta caída y parece difícil que pueda constituirse en un factor dinámico de cambio para la recuperación.

En un momento en que la región necesita inversiones que le permitan avanzar hacia una recuperación sostenible, las IED están retrocediendo en América Latina, mientras que se afirma la tendencia de los inversionistas a orientarse hacia los países desarrollados y asiáticos en desarrollo. Las evidencias indican que el interés de las empresas por instalar nuevas capacidades o ampliar su presencia en América Latina se ha debilitado a lo largo de la década, y con la irrupción de la pandemia esta tendencia a la baja se profundizó, ya que la caída registrada también en la reinversión de utilidades, refleja la disminuida confianza de las empresas en la región.

El contexto internacional sugiere que los flujos mundiales de IED tendrán una recuperación lenta y que, por las razones mencionadas, las operaciones de las transnacionales se orientarán más hacia los países desarrollados y particularmente hacia Asia. Esto no debe sorprender, porque hace ya años que el centro dinámico de la actividad económica mundial se ubica en el continente asiático.

Recordemos que el PBI de las economías asiáticas en desarrollo, hacia inicios de este siglo, era menos del doble que los de América Latina, mientras en el 2020 era equivalente a seis veces- Esta diferencia seguirá, el FMI estima que el PBI de las naciones asiáticas en desarrollo crecerá este año más del doble que el de América Latina.

 

 

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