Sin embargo, Coface espera que el PIB de Australia vuelva a su nivel de 2019 durante este año. Pero hay una creciente preocupación de que una escalada de las tensiones bilaterales haga que China endurezca su postura hacia Australia y posiblemente comience a apuntar a las exportaciones de servicios australianos, particularmente en el turismo y la educación, lo que podría poner el 2% del PIB de Australia en riesgo.
La relación bilateral entre China y Australia, en momentos en que el foco geopolítico se centra en el Sudeste Asiático, tiene múltiples facetas, que van desde la seguridad nacional, la economía y el comercio hasta la política exterior y la política interna.
Las relaciones comerciales entre China y Australia se deterioraron cuando la Comisión Antidumping de Australia amplió los derechos antidumping sobre los fregaderos de acero inoxidable chinos el 28 de febrero de 2020, tras una investigación sobre las extrusiones de aluminio chinas. Entre marzo y julio del año pasado, hubo otras ocho acciones antidumping contra productos chinos, como el acero.
El 19 de abril de 2020, Australia impulsó la petición de una investigación sobre los orígenes del coronavirus, lo que aumentó la presión sobre China por su gestión del brote de COVID-19. Durante el mes de mayo de 2020, China impuso derechos antidumping y anti-subvenciones a las importaciones de cebada australiana en China, citando las investigaciones iniciadas en 2018.
Posteriormente, China impuso aranceles a otras exportaciones australianas, como el vino, así como prohibiciones formales e informales a productos que van desde la carne vacuna y la madera hasta el algodón y el carbón.
Una economía australiana resistente
Dado que China se lleva más de un tercio de las exportaciones totales de Australia, el aumento de las tensiones comerciales se considera una amenaza potencial para las perspectivas económicas del país. Sin embargo, el mineral de hierro, pilar de las exportaciones australianas a China, se ha librado de la actual disputa comercial, debido a la falta de alternativas adecuadas.
Mientras tanto, a pesar de las medidas comerciales de China, la economía australiana continuó con una sólida recuperación de la pandemia, registrando dos crecimientos trimestrales consecutivos del PIB en el segundo semestre de 2020, a medida que las condiciones empresariales se acercan a la normalidad tras la relajación de las medidas de confinamiento.
Las relaciones bilaterales pueden empeorar aún más. Hasta ahora, las restricciones comerciales chinas han tenido un impacto mínimo en la economía australiana en general, debido a dos factores principales: en primer lugar, la capacidad de algunos sectores afectados para encontrar mercados alternativos, como Arabia Saudita para la cebada y los países del sudeste asiático para el algodón; y en segundo lugar, las principales exportaciones, como el mineral de hierro y el gas natural, no han sido objetivo de China.
Dado que ambas partes interpretan la disputa a través de la lente de la soberanía nacional, es poco probable que la situación mejore pronto. Se esperamos que el PIB de Australia vuelva al nivel de 2019 este año. La evolución futura de las tensiones entre China y Australia será seguida de cerca por los países asiáticos para orientarse sobre el alcance de los daños económicos que podrían sufrir si se vieran atrapados en una situación similar. Además, en medio de la actual competencia estratégica y las diferencias políticas entre EE.UU. y China, los países asiáticos se verán en apuros si se ven obligados a elegir entre ambas partes.