China registró un crecimiento económico del 5,3% interanual en el primer semestre de 2025, superando ampliamente las previsiones iniciales de los analistas. El dato impulsó una mejora en las proyecciones de las principales entidades financieras globales, en un contexto de recuperación de la demanda interna y externa, y con indicadores clave mostrando signos de solidez.
Fuerte desempeño en manufactura, ventas y exportaciones
Según datos oficiales, la producción industrial de las grandes empresas creció 6,4% entre enero y junio, impulsada principalmente por un incremento del 9,5% en el sector de manufactura de alta tecnología. Por su parte, las ventas minoristas, uno de los principales indicadores del consumo doméstico, subieron 5% en el mismo período, acelerando su ritmo con respecto al primer trimestre.
El comercio exterior también contribuyó positivamente: las exportaciones aumentaron 7,2% interanual, respaldadas por una combinación de demanda global sostenida y políticas gubernamentales orientadas al estímulo del comercio.
Bancos internacionales ajustan al alza sus previsiones
Tras la publicación de los datos macroeconómicos, varias entidades financieras revisaron al alza sus estimaciones de crecimiento para China en 2025. Morgan Stanley elevó su proyección de 4,5% a 4,8%, destacando la fortaleza de las exportaciones y el rol de la política fiscal. UBS, que previamente esperaba una expansión de 4,0%, ahora estima un crecimiento de 4,7%, mientras que Goldman Sachs ajustó su pronóstico de 4,6% a 4,7%, según informó Global Times.
La revisión más optimista provino de ANZ, que elevó su previsión del 4,2% al 5,1%, según consignó Bloomberg.
Los analistas coinciden en que estos ajustes reflejan una combinación de factores: una demanda internacional sostenida por productos chinos, mayores ganancias corporativas, y un repunte del turismo interno que impulsó el consumo privado.
Perspectivas favorables, aunque con cautela
Si bien el escenario para la segunda mitad del año es más optimista, algunos analistas advierten sobre posibles riesgos a futuro. La expansión de las exportaciones podría desacelerarse en los próximos meses debido a factores globales, lo que pondría a prueba la continuidad del crecimiento. En este contexto, se espera que el gobierno chino continúe implementando medidas de apoyo económico, aunque la magnitud de dichas políticas dependerá de la evolución de los próximos indicadores.
Mejora el clima de inversión
El repunte económico ha tenido un impacto directo en los mercados financieros. La confianza de los inversores en los activos chinos ha mejorado, especialmente en el sector de consumo y tecnología. Según CNBC, Citigroup elevó la calificación de las acciones de consumo en China de “neutral” a “sobreponderar”.
En línea con esta tendencia, el CEO de Invesco Asia ex-Japón, Martin Franc, subrayó el creciente interés de los inversores internacionales en el ecosistema tecnológico del país.
—Está creciendo el consenso de que China representa una oportunidad única, especialmente en lo que respecta a su ecosistema tecnológico en evolución. Los inversores reconocen el liderazgo innovador de China en segmentos tecnológicos clave y no quieren quedar fuera—, afirmó Franc.
Con una recuperación más firme de lo previsto, la segunda economía del mundo vuelve a colocarse en el centro del radar de los mercados globales, aunque con una hoja de ruta que aún dependerá de la estabilidad del comercio internacional y del margen de maniobra fiscal de Beijing.












