Cuando llegué a casa, lleno de curiosidad, busqué información sobre el mismo y me gustó tanto lo que leí que acabé comprándolo.
El libro en cuestión lo había recomendado a finales de 2018 Bill Gates en su blog, donde todos los años presenta los libros que ha leído y que más le han interesado. Y le gustó tanto que, además de tenerlo en la cabecera de su cama como libro de referencia, se lo regaló a todos los graduados de EEUU.
El autor del libro es el sueco Hans Rosling, cofundador de Médicos sin Fronteras, profesor de salud internacional y conocido divulgador científico. Murió en 2017, pero ha dejado una importante impronta con charlas TED visualizadas más de 35 millones de veces, además de figurar entre las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time.
Rosling realiza una reflexión sobre los cinco riesgos globales a los que se puede enfrentar la humanidad en los próximos años y por los que deberíamos preocuparnos. Pudieran ser éstos o pudieran ser otros, pero basado en la evidencia de los datos estadísticos se aventura a alertarnos sobre las siguientes potenciales amenazas:
- Una pandemia mundial.La gripe española mató a más de 50 millones de personas al finalizar la primera guerra mundial (más que las que había matado la guerra), reduciendo en 10 años la esperanza de vida mundial (de 33 a 23 años de edad).
Teniendo en cuenta que el 73% de la población mundial vive en grandes urbes y que, el medio de contagio puede ser el aire, una enfermedad se puede propagar rápidamente alcanzando sus efectos a un porcentaje elevado de la población, por lo que estamos expuestos a este riesgo, tal y como nos está demostrando la situación actual.
La covid-19 va a ser una pandemia que marque a la humanidad, por la dimensión, extensión y alcance global. Pasará a ser, en los anales de la historia y en nuestras memorias, un hecho que nos marcará y se recordará en futuras generaciones, al igual que nosotros recordamos otros hechos significativos.
- Una crisis financiera.Las consecuencias son devastadoras, pudiendo destruir economías de países enteros dejando sin trabajo a un gran número de personas, generando ciudadanos insatisfechos que pueden llegar a buscar soluciones radicales.
Ya hemos vivido alguna situación de crisis financiera, y la destrucción de empleo, la pérdida de calidad de vida, los sentimientos de depresión y hostilidad, surgen bajo el paraguas de la palabra crisis. - Una tercera guerra mundial.Es necesario establecer vínculos entre los países, reforzando la red de seguridad mundial que evite que caigamos en una guerra mundial con unas consecuencias nunca vistas hasta el momento. Los efectos devastadores de una tercera guerra mundial serían impredecibles, con varias potencias que cuentan con armas atómicas de destrucción masiva.
Convivimos, desde hace años, con continuas guerras entre países, pero no hemos vivido una tercera Guerra Mundial. Poner los medios para que no suceda es parte de nuestro cometido como ciudadanos del mundo.
- El cambio climático.Supone una amenaza real para todos los habitantes de la tierra y se requiere cierta solidaridad mundial para concienciar y actuar antes de que sea tarde. Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo, hay un aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano provocando variaciones en el clima. Y todos los países no están actuando solidariamente, sobre todo los más poderosos, que son los que más contaminan.
- La pobreza extrema.No se trata de un riesgo, sino de una realidad, a la que se ven sometidos 800 millones de personas en el planeta viviendo en una situación de auténtica miseria. A esto se suman las guerras civiles que, a modo de círculo vicioso, conducen de nuevo a la pobreza.
La pandemia es una de las amenazas mencionadas, protagonizada por el coronavirus. Pero hay otros riesgos, que bien pudieran ser los mencionados u otros desconocidos a los que nos toque enfrentarnos: erupciones de volcanes, impacto de meteoritos o quién sabe qué.
Cualquiera de estos riesgos nos tiene que hacer reflexionar sobre la fragilidad del ser humano, la vulnerabilidad de la persona y la necesidad de relacionarse con los demás, especialmente en las situaciones difíciles. La solidaridad y la unión de las personas es lo que nos hace fuertes y nos ayuda frente a los acontecimientos a los que nos enfrentamos. Juntos estamos en la pandemia y juntos saldremos de ella.
Finalicemos con una frase de Patrick Henry, uno de los más influyentes protagonistas de la revolución estadounidense, recordado por su discurso “Dadme la libertad o dadme la muerte”:
“Unidos; resistimos. Divididos; caemos. No nos separemos en facciones que deben destruir la unión de la que depende nuestra existencia.”
(*) Fernando Díez Ruiz es Profesor, doctor Facultad de Psicología y Educación, Universidad de Deusto; y Pedro César Martínez Morán es Director del Máster en Recursos Humanos de ICADE Business School, Universidad Pontificia Comillas.