De acuerdo con el departamento federal de Comercio, las ventas al por menor en marzo registraron el mayor avance en un año y elevan las proyecciones para todo el primer trimestre. De inmediato, analistas del propio sector auguraron un abril todavía más brillante.
Apoyándose en ambos síntomas, varias firmas de valores –fuertes aportantes a la campaña de George W.Bush- anticipan ya casi 5% de aumento en el producto bruto interno para todo 2004. Hasta ahora, el IV trimestre de 2003 proyectaba algo más de 4,1% para este año.
El informe oficial detecta 1,8% de alza –la más abrupta desde abril de 2003- en ventas minoristas de marzo, que totalizaron US$ 333.000 millones. Excluyendo automotores, el avance es 1,7%, pero –en este caso- es el más pronunciado desde marzo de 2000. En otro oportuno cálculo “pesimista”, Wall Street esperaba no más de +0,6% en ambas cifras.
Los resultados de marzo tienen dos interpretaciones. La triunfalista (vg., Moody’s) los asocia a “una reactivación imparable”. La cauta, común en expertos universitarios, advierte sobre el creciente endeudamiento de los consumidores, porque son escasas las ventas en efectivo y excesivas las que se hacen vía tarjetas.
Sea como fuerte, las compras al detalle representan casi 36% del gasto total de las personas. A su vez, éste equivale a 67% del PBI. Tangencialmente, la venta de autos vía concesionarias se elevó 2,1%, en marzo, contra 2,3% en febrero.
Las repercusiones bursátiles fueron encontradas. Hasta media rueda, los principales indicadores subían de 0,5 a 0,7%. A partir de ese momento, fueron perdiendo aire y, poco antes del cierre, se notaban apreciables pérdidas en el Dow Jones industrial (-1,22%), el Standard&Poor’s 500 (-1,34%) y el Nasdaq compuesto (-1,69%).
¿Qué ocurría? Simple: el auge del gasto y el endeudamiento de los consumidores hace temer al mercado un alza de tasas. Por supuesto, si eso llevase a un retoque en las básicas, afectaría la rentabilidad de las empresas cotizantes. Con ella, se frenaría el repunte económico general, empezando por el empleo.
Por de pronto, el tipo clave a largo plazo, o sea el rinde sobre letras de Tesorería a diez años, llega ya a 4,34% mensual (máximo en varios años). Se explica, de paso, la reacción del dólar: el euro cedió de US$ 1,208 a 1,193 en pocas horas. En otro plano, el nuevo retroceso de Bush en encuestas sobre la guerra y el terrorismo tenían impacto psicológico en los mercados especulativos.
De acuerdo con el departamento federal de Comercio, las ventas al por menor en marzo registraron el mayor avance en un año y elevan las proyecciones para todo el primer trimestre. De inmediato, analistas del propio sector auguraron un abril todavía más brillante.
Apoyándose en ambos síntomas, varias firmas de valores –fuertes aportantes a la campaña de George W.Bush- anticipan ya casi 5% de aumento en el producto bruto interno para todo 2004. Hasta ahora, el IV trimestre de 2003 proyectaba algo más de 4,1% para este año.
El informe oficial detecta 1,8% de alza –la más abrupta desde abril de 2003- en ventas minoristas de marzo, que totalizaron US$ 333.000 millones. Excluyendo automotores, el avance es 1,7%, pero –en este caso- es el más pronunciado desde marzo de 2000. En otro oportuno cálculo “pesimista”, Wall Street esperaba no más de +0,6% en ambas cifras.
Los resultados de marzo tienen dos interpretaciones. La triunfalista (vg., Moody’s) los asocia a “una reactivación imparable”. La cauta, común en expertos universitarios, advierte sobre el creciente endeudamiento de los consumidores, porque son escasas las ventas en efectivo y excesivas las que se hacen vía tarjetas.
Sea como fuerte, las compras al detalle representan casi 36% del gasto total de las personas. A su vez, éste equivale a 67% del PBI. Tangencialmente, la venta de autos vía concesionarias se elevó 2,1%, en marzo, contra 2,3% en febrero.
Las repercusiones bursátiles fueron encontradas. Hasta media rueda, los principales indicadores subían de 0,5 a 0,7%. A partir de ese momento, fueron perdiendo aire y, poco antes del cierre, se notaban apreciables pérdidas en el Dow Jones industrial (-1,22%), el Standard&Poor’s 500 (-1,34%) y el Nasdaq compuesto (-1,69%).
¿Qué ocurría? Simple: el auge del gasto y el endeudamiento de los consumidores hace temer al mercado un alza de tasas. Por supuesto, si eso llevase a un retoque en las básicas, afectaría la rentabilidad de las empresas cotizantes. Con ella, se frenaría el repunte económico general, empezando por el empleo.
Por de pronto, el tipo clave a largo plazo, o sea el rinde sobre letras de Tesorería a diez años, llega ya a 4,34% mensual (máximo en varios años). Se explica, de paso, la reacción del dólar: el euro cedió de US$ 1,208 a 1,193 en pocas horas. En otro plano, el nuevo retroceso de Bush en encuestas sobre la guerra y el terrorismo tenían impacto psicológico en los mercados especulativos.