jueves, 2 de enero de 2025

Washington admite la existencia de especulación con crudos

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En medio de una campaña electoral donde el tema surge a cada rato, el gobierno de George W. Bush lo reconoce. En la plaza de futuros hay mucho más aire caliente del supuesto. Uno de los canales pasa por instrumentos derivativos.

<p>En julio, la comisi&oacute;n de transacciones con futuros de productos primarios (CFTC en la sigla inglesa, donde no figura el ubicuo &ldquo;commodities&rdquo;) reclasific&oacute; a un gran intermediario petrolero como &ldquo;especulador no comercial&rdquo;. No lo identific&oacute; porque el &ldquo;lobby de los derivados&rdquo; es muy fuerte y la entidad no es p&uacute;blica. Pero la decisi&oacute;n es clave: cambia de ra&iacute;z la ficci&oacute;n de que el mercado a t&eacute;rmino neoyorquino es tan diversificado o di&aacute;fano como se cre&iacute;a.</p>
<p>De paso, pone en evidencia una plaza muy inflada. La masa de futuros y opciones (derivados, por lo com&uacute;n) se ha inflado de unos 75.000 contratos de mil barriles semanales en 2001 a 475.000 hacia mediados de este a&ntilde;o. Son estimaciones de la propia CFTC.</p>
<p>Por consiguiente, la porci&oacute;n de contratos en manos de especuladores &ndash;o sean sin necesidades comerciales de mitigar riesgos- ha subido de 37 a casi 50% en un par de a&ntilde;os. Entretanto, el congreso norteamericano trata de imponer l&iacute;mites a la especulaci&oacute;n con combustibles. Tiene un excelente motivo: cunden dudas sobre fiabilidad o transparencia de datos y transacciones.</p>
<p>La semana pasada, la senadora dem&oacute;crata Maria Cantwell (estado de Washington) solicit&oacute; a la CFTC investigar su propio material. Sucede que, el 22 de julio, la entidad public&oacute; un an&aacute;lisis seg&uacute;n el cual &ldquo;los especuladores no inducen sistem&aacute;ticamente alza o bajas de precios sin motivos comerciales&rdquo;. Poco despu&eacute;s, la comisi&oacute;n se&ntilde;alaba lo contrario en un caso espec&iacute;fico que mantiene an&oacute;nimo.</p>
<p>Obviamente, la influencia del cabildeo petrolero es vasta. Aparte de sus nexos con la familia Bush y el vicepresidente Richard Cheney, controla la c&uacute;pula del departamento federal de energ&iacute;a y combustibles. Estos factores explican el silencio del senador John McCain, candidato republicano a presidente. Tambi&eacute;n pesan los aportes del &ldquo;lobby&rdquo; a la campa&ntilde;a sucia contra Barack Obama, desatada por el fundamentalismo evang&eacute;lico (Karl Rove y su equipo). Lo que est&aacute; en la mira es un mercado de materias primas que genera US$ 4,8 billones de utilidades anuales.</p>

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