Wall Street y las elecciones

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Para la mayoría de los hombres de negocios que circula por Nueva York, el mejor candidato es el republicano Bus, partidario de la libre empresa y la intervención estatal reducida.

(EFE).- A pocos días de las elecciones presidencial en Estados Unidos, Wall Street mira el panorama político con incertidumbre y cautela, en medio de las dudas respecto de quién resultará ganador.

Casi está de más decir que la comunidad de hombres de negocios de Wall Street prefiere que el triunfador sea el republicano George Bush, cuyo partido siempre ha contado con el apoyo mayoritario de las grandes compañías y hombres de negocios estadounidense, partidarios de la libre empresa y la reducción de la intervención estatal en la economía.

Pese a ello, hoy en día muchos en Wall Street están a favor del demócrata Al Gore, quien ha ejercido de vicepresidente durante el mandato de Bill Clinton, demócrata que ha dirigido al país en años caracterizados por un gran crecimiento económico, rendimiento récord para las bolsas, fortaleza del dólar, baja inflación y disminución de la gigantesca deuda pública.

Las encuestas dan un virtual empate entre Bush y Gore, con sólo una leve ventaja para el primero, de acuerdo a los últimos sondeos.

Pero, pese a que casi cualquier cosa puede pasar con la elección de presidente y de las dos cámaras del Congreso, la verdad es que el tema político tampoco inquieta demasiado a Wall Street.

Así quedó demostrado en el rendimiento de las bolsas la semana de negocios pasada, cuando fueron las noticias económicas y de empresas las que movieron los mercados.

Según cifras del cierre del viernes, el índice del Dow Jones de Industriales, el más importante indicador bursátil de Wall Street, se colocó en 10.817,95 puntos, 227,33 puntos o 2,15% por encima del cierre del viernes 27 de octubre.

Por su parte el índice del Nasdaq, mercado donde cotizan las grandes empresas de informática, nuevas tecnologías e Internet, cerró con ganancias semanales de 5,28% o 173,22 unidades a 3.451,58 puntos.

Para los expertos en Wall Street el efecto elecciones se sintió ya este viernes, con una leve disminución del volumen de negocios y algunas ventas para tomar ganancias de aquellos inversores que prefieren esperar hasta el miércoles, después de las elecciones, para volver a comprar, o vender.

Se espera, eso sí, que el lunes y martes este efecto político se acentúe, que el volumen de negocios caiga y que las bolsas se muevan con una cautela mayor a la habitual.

A juicio de algunos expertos de tendencia republicana, que confían en que Bush ganará las elecciones, la victoria de este candidato provocará una clara tendencia al alza en las bolsas, que se vería aún más acentuada si este partido mantiene la mayoría en el Congreso.

Para los demócratas, en tanto, que confían en que será Gore el triunfador, el mercado reaccionará con calma, sin grandes vaivenes, no importa quien gane.

Algunos expertos, de línea más independiente si se quiere, creen que lo verdaderamente importante será que se mantenga el equilibrio actual entre el poder legislativo y el ejecutivo.

Hoy en día la presidencia es demócrata, pero ambas cámaras del Congreso, la Casa de Representantes y el Senado, están en manos republicanas, lo que a juicio de muchos analistas es la mejor situación para la estabilidad económica del país, y por ende, para el buen rendimiento de los mercados.

El martes se elegirá a la totalidad de los integrantes de la Casa de Representantes y un tercio del Senado.

El escenario político está entonces totalmente abierto, pues el miércoles Wall Street podría despertar a un país con la presidencia y el legislativo del mismo color político, o bien con un poder en manos republicanas y el otro en control demócrata.

Sea cual sea el resultado de las elecciones, a juicio de los analistas lo cierto es que es prácticamente imposible que los éxitos económicos que se han conseguido durante el gobierno de Clinton sean arruinados por su sucesor, y esto es al final de cuentas lo único que le interesa al mercado.

Por eso, si bien el tema político cuenta en Wall Street, su influencia puede ser menor a la que podría esperarse e incluso podría verse anulada por noticias de empresas o nuevas cifras económicas.

(EFE).- A pocos días de las elecciones presidencial en Estados Unidos, Wall Street mira el panorama político con incertidumbre y cautela, en medio de las dudas respecto de quién resultará ganador.

Casi está de más decir que la comunidad de hombres de negocios de Wall Street prefiere que el triunfador sea el republicano George Bush, cuyo partido siempre ha contado con el apoyo mayoritario de las grandes compañías y hombres de negocios estadounidense, partidarios de la libre empresa y la reducción de la intervención estatal en la economía.

Pese a ello, hoy en día muchos en Wall Street están a favor del demócrata Al Gore, quien ha ejercido de vicepresidente durante el mandato de Bill Clinton, demócrata que ha dirigido al país en años caracterizados por un gran crecimiento económico, rendimiento récord para las bolsas, fortaleza del dólar, baja inflación y disminución de la gigantesca deuda pública.

Las encuestas dan un virtual empate entre Bush y Gore, con sólo una leve ventaja para el primero, de acuerdo a los últimos sondeos.

Pero, pese a que casi cualquier cosa puede pasar con la elección de presidente y de las dos cámaras del Congreso, la verdad es que el tema político tampoco inquieta demasiado a Wall Street.

Así quedó demostrado en el rendimiento de las bolsas la semana de negocios pasada, cuando fueron las noticias económicas y de empresas las que movieron los mercados.

Según cifras del cierre del viernes, el índice del Dow Jones de Industriales, el más importante indicador bursátil de Wall Street, se colocó en 10.817,95 puntos, 227,33 puntos o 2,15% por encima del cierre del viernes 27 de octubre.

Por su parte el índice del Nasdaq, mercado donde cotizan las grandes empresas de informática, nuevas tecnologías e Internet, cerró con ganancias semanales de 5,28% o 173,22 unidades a 3.451,58 puntos.

Para los expertos en Wall Street el efecto elecciones se sintió ya este viernes, con una leve disminución del volumen de negocios y algunas ventas para tomar ganancias de aquellos inversores que prefieren esperar hasta el miércoles, después de las elecciones, para volver a comprar, o vender.

Se espera, eso sí, que el lunes y martes este efecto político se acentúe, que el volumen de negocios caiga y que las bolsas se muevan con una cautela mayor a la habitual.

A juicio de algunos expertos de tendencia republicana, que confían en que Bush ganará las elecciones, la victoria de este candidato provocará una clara tendencia al alza en las bolsas, que se vería aún más acentuada si este partido mantiene la mayoría en el Congreso.

Para los demócratas, en tanto, que confían en que será Gore el triunfador, el mercado reaccionará con calma, sin grandes vaivenes, no importa quien gane.

Algunos expertos, de línea más independiente si se quiere, creen que lo verdaderamente importante será que se mantenga el equilibrio actual entre el poder legislativo y el ejecutivo.

Hoy en día la presidencia es demócrata, pero ambas cámaras del Congreso, la Casa de Representantes y el Senado, están en manos republicanas, lo que a juicio de muchos analistas es la mejor situación para la estabilidad económica del país, y por ende, para el buen rendimiento de los mercados.

El martes se elegirá a la totalidad de los integrantes de la Casa de Representantes y un tercio del Senado.

El escenario político está entonces totalmente abierto, pues el miércoles Wall Street podría despertar a un país con la presidencia y el legislativo del mismo color político, o bien con un poder en manos republicanas y el otro en control demócrata.

Sea cual sea el resultado de las elecciones, a juicio de los analistas lo cierto es que es prácticamente imposible que los éxitos económicos que se han conseguido durante el gobierno de Clinton sean arruinados por su sucesor, y esto es al final de cuentas lo único que le interesa al mercado.

Por eso, si bien el tema político cuenta en Wall Street, su influencia puede ser menor a la que podría esperarse e incluso podría verse anulada por noticias de empresas o nuevas cifras económicas.

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