La semana en Wall Street cerró entre contradicciones y silencios. Entre las primeras, los buenos resultados de Intel no pudieron contra el 9,2% de caída que sufrió la farmoquímica Schering-Plough, a causa de su alergénico Claritin.
En cuanto al silencio, es clamoroso: ni agencias ni espacios televisuales especialziados en mercados de riesgo parecen reparar en que el triple ataque Blaster-Nachi-SoBig pone en evidencia las serias fallas de seguridad en el software Microrosoft. También las del Pentágono y una larga serie de grandes empresas que, a la madrugada del sábado, no terminaba.
Mientras tanto, el Dow Jones industrial perdía 0,8%, el Standard & Poor’s 500 cedió 1% y 0,7% el Nasdaq compuesto. Algunos analistas empiezan a sospechar que los tres indicadores, con el Nasdaq al frente, reflejan una apreciación bursátil no proporcional a señales de reactivación esporádicas y moderadas.
La semana en Wall Street cerró entre contradicciones y silencios. Entre las primeras, los buenos resultados de Intel no pudieron contra el 9,2% de caída que sufrió la farmoquímica Schering-Plough, a causa de su alergénico Claritin.
En cuanto al silencio, es clamoroso: ni agencias ni espacios televisuales especialziados en mercados de riesgo parecen reparar en que el triple ataque Blaster-Nachi-SoBig pone en evidencia las serias fallas de seguridad en el software Microrosoft. También las del Pentágono y una larga serie de grandes empresas que, a la madrugada del sábado, no terminaba.
Mientras tanto, el Dow Jones industrial perdía 0,8%, el Standard & Poor’s 500 cedió 1% y 0,7% el Nasdaq compuesto. Algunos analistas empiezan a sospechar que los tres indicadores, con el Nasdaq al frente, reflejan una apreciación bursátil no proporcional a señales de reactivación esporádicas y moderadas.