Los inversores entienden que la persona que sucederá a Ben Bernanke en el banco central de EE.UU. dará continuidad a la política actual de estímulos monetarios, pero eso provocó también que el dinero abandonara temporalmente el dólar, que se depreció frente al euro y otras divisas, interpretó la edición americana de El País.
El viernes, los mercados cerraron con Larry Summers como el principal candidato del presidente Barack Obama a dirigir la Reserva Federal a partir del 1 de febrero de 2014.
El domingo, todo cambió de golpe con la decisión del exsecretario del Tesoro de retirarse de la carrera. Con ello, la figura de Janet Yellen, actual vicepresidenta de la Reserva Federal, volvió a colocarse a la cabeza.
La reacción de Wall Street a corto plazo se entiende: los inversores creen que Yellen mantendrá intacta la partitura, que será más proclive a mantener una política monetaria expansiva de lo que lo hubiera sido Summers, a quien los inversores veían más proclive a retirar los estímulos.
El debate durante los últimos meses sobre el cambio en la presidencia de la Fed ha sido intenso.
Aunque mirando la situación a un año vista, no parece tan importante quién esté al frente. Se da por hecho de que el vigor de los estímulos no puede continuar mucho tiempo.
La mayoría entre la comunidad inversora cree que como tarde se reducirá el ritmo de la compra de deuda en octubre.
La cuestión será la cantidad del recorte. La Fed está comprando deuda pública e hipotecaria por valor de 85.000 millones de dólares mensuales.
El primer ajuste sería más bien simbólico, de hasta 10.000 millones. Está por ver también a qué parte del paquete afectaría. Lo lógico sería que dejara intacta la compra de deuda hipotecaria, para que no afecte al mercado de la vivienda.
El acta de la última reunión del comité de la Reserva Federal que decide sobre los tipos de interés mostró gran ansiedad por dar el paso antes de que acabe el año, aunque sin que se precisara el calendario, que dependerá de la evolución de la economía.
Bernanke ya dijo en público que la idea es tener el grifo completamente cerrado para el próximo verano. A partir de entonces, la Fed se daría un margen de tiempo para ver qué hace con los tipos de interés.
Lo que gusta a Wall Street no debe hacerlo necesariamente en el mercado de divisas ni en el de materias primas.
De hecho, la mera posibilidad de que la Fed mantenga operando sin grandes cambios la máquina de hacer dinero provocó que el billete verde perdiera valor, al cambiarse a casi 1,34 dólares frente al euro. El oro, por su parte, se abarató un 1,5% en la apertura de Nueva York.
En Europa, las Bolsas también subieron con fuerza, aunque luego moderaron algo sus ganancias.
El Ibex 35 español cerró la sesión con una subida del 0,65%, en 8.999,5 puntos, tras moverse buena parte del día por encima de los 9.000 puntos, una cota que no superaba desde 2011.
La prima de riesgo, o rentabilidad extra exigida por los inversores a la deuda española a 10 años frente a la alemana, cayó ligeramente, hasta los 248 puntos básicos (2,48 puntos porcentuales) y se mantiene aún ligeramente por debajo de la italiana.
Summers, como dijo Obama el domingo en una breve nota en que anunció la retirada de su candidatura, fue un miembro crucial en su equipo económico original como presidente del consejo de asesores de la Casa Blanca.
También fue su guía como candidato demócrata a las presidenciales. Sin embargo, era una figura controvertida y se veía como una vuelta a las políticas que llevaron a la crisis, pues con él se liberalizó el sector financiero y se relajó la normativa de supervisión hasta extremos que luego se mostraron contraproducentes.
El presidente de EE.UU. marcó ayer el quinto aniversario del derrumbe de Lehman Brothers con un discurso en el que dijo que su principal prioridad sigue siendo “reconstruir” la economía.
“Es difícil algunas veces recordar lo que pasó” en Wall Street, dijo, indicando que la crisis fue “una tormenta perfecta” que afectó a millones y que “erosionó” especialmente a la clase media.
“El sistema financiero es ahora más seguro”, aseguró, en referencia a las nuevas reglas de supervisión. Pero también admitió que aún queda trabajo por hacer para que la economía crezca más rápido, se cree empleo y que la riqueza que se genera sea compartida por todos.
En este punto, pidió al Congreso que ponga más de su parte y no se atasque en agendas ideológicas.
El cambio en la presidencia de la Fed es la decisión de política económica más importante que enfrenta Obama en su segundo y último mandato, porque le servirá para apuntalar su plan de recuperación.
Además, es la forma que tiene de dar continuidad a su legado una vez que deje la Casa Blanca. Hay varios puestos que rotan en el banco central en el próximo año.
La idea inicial del presidente demócrata es presentar a su candidato en otoño. El pasado viernes se especuló con que podría hacerlo ya esta semana, tras la reunión de la Fed, extremo que negó la Casa Blanca.
La renuncia de Summers podría, por tanto, retrasar algo el proceso si Obama trata de dar con una figura que cumpla a la vez con su visión y que no genere rechazo en el Senado.
Aunque Janet Yellen es aparentemente la candidata con más opciones, no se descarta tampoco que Barack Obama pueda dar un golpe de mano y presentar a otra personalidad. El tercer nombre que se citaba hasta ahora en la lista corta que baraja la Casa Blanca era el de Donald Kohn, el anterior vicepresidente de la Fed. También el de Roger Ferguson, su predecesor.
Los analistas opinan que la decisión de Larry Summers de retirarse muestra un nuevo punto de vulnerabilidad del demócrata, con la figura tocada por el escándalo de las escuchas y la gestión de la crisis en Siria. Por eso no se descarta tampoco que para mostrar su autoridad haga algo más inesperado.
En ese caso, emerge como una alternativa Stanley Fischer, exgobernador del Banco de Israel.
Mientras el futuro de la Reserva Federal, el banco central más importante del mundo, sigue en el aire, hoy arranca una reunión de dos días de su Comité Federal de Mercado Abierto, el órgano que toma las decisiones sobre tipos de interés y política monetaria.
Economistas e inversores estarán muy pendientes del comunicado final de la reunión, que se conocerá el miércoles y de los mensajes que transmita Bernanke en su comparecencia ante los medios.