En ese clima, el Standard&Poor’s 500 avanzó 0,45%, acompañado por el Dow Jones industrial (0,53%) y el Nasdaq compuesto (0,39%). En Asia oriental y sudoriental, Tokio ganaba 1,17%, Singapur 1,28% y Hongkong dio un salto de 3,79%. Horas después, en Europa occidental, Londres avanzaba 0,67% y 0,76% Fráncfort. La única bolsa relevante de Sudamérica, San Pablo, subía 1,92%.
En otros mercados, la violencia en Nigeria, las tensiones con Irak y las amenazas turcas al Kurdistan iraquí empujaban los hidorcarburos. Por un lado, el Brent nórdico (Londres) llegó a otro máximo, US$ 89,70, los tejanos intermedios, luego de tocar 93,45, no se replegaban del nuevo récord. Por supuesto, en dólares constantes, el pico de hace 26 años sería hoy US$ 110. Fuera de control, la onza de oro alcanzó US$ 790, valor nominal a fines de enero de 1981. Como en el caso del petróleo, a moneda constante el precio debiera ser superior a US$ 2.000.
También sube la temperatura cambiaria, con el euro en picos de US$ 1,444 y cierres de 1,442. En Brasil, el dólar se derrumbaba a R 1,755.
En ese clima, el Standard&Poor’s 500 avanzó 0,45%, acompañado por el Dow Jones industrial (0,53%) y el Nasdaq compuesto (0,39%). En Asia oriental y sudoriental, Tokio ganaba 1,17%, Singapur 1,28% y Hongkong dio un salto de 3,79%. Horas después, en Europa occidental, Londres avanzaba 0,67% y 0,76% Fráncfort. La única bolsa relevante de Sudamérica, San Pablo, subía 1,92%.
En otros mercados, la violencia en Nigeria, las tensiones con Irak y las amenazas turcas al Kurdistan iraquí empujaban los hidorcarburos. Por un lado, el Brent nórdico (Londres) llegó a otro máximo, US$ 89,70, los tejanos intermedios, luego de tocar 93,45, no se replegaban del nuevo récord. Por supuesto, en dólares constantes, el pico de hace 26 años sería hoy US$ 110. Fuera de control, la onza de oro alcanzó US$ 790, valor nominal a fines de enero de 1981. Como en el caso del petróleo, a moneda constante el precio debiera ser superior a US$ 2.000.
También sube la temperatura cambiaria, con el euro en picos de US$ 1,444 y cierres de 1,442. En Brasil, el dólar se derrumbaba a R 1,755.