Al cierre de la semana corta, parecía claro que los resultados del primer trimestre –aunque todavía se esperan mejores que los anticipados hasta ahora- no alcanzarán para reanudar la ola alcista cortada el lunes 5. Pero, amén de balances en duda, ahora empiezan a pesar la pésima gestión de Estados Unidos en Irak y la multiplicación de riesgos terroristas.
En cuanto a números, Wal-Mart –la mayor cadena minorista del mundo- admitió el jueves que sus ingresos (ventas) crecerán menos de lo esperado durante el resto del año.
En realidad, las aperturas en Nueva York fueron bastante firmes, con los principales indicadores recobrando de 0,88 a 1,55%. El motivo estaba claro: otra ola de estadísticas a medida del gobierno. Así, el departamento federal de Trabajo informó que, durante la semana del 29 de marzo al 2 de abril, “sólo” 328.000 personal solicitaron por primera vez el subsidio por desempleo (contra los 340.000 que esperaba el mercado).
Por supuesto, aunque la cifra sea la menor en tres años, el trasfondo no ha cambiado: la economía sigue eliminado puestos laborales. Esta realidad explica, de paso, por qué sucesivos índices privados de confianza entre consumidores y ejecutivos ya no influyan tanto.
Respecto de la “guerra de posguerra”, las fuerzas ocupantes estaban perdiendo ciudades a manos de una coalición de hecho: shi’íes intransigentes y sunníes vinculados al régimen caído hace más de un año. Tampoco causó buena impresión Condoleezza Rice, asesora de Seguridad Nacional, en el testimonio ante una comisión legislativa que investiga las respuestas del gobierno ante advertencias previas al 11 de septiembre de 2001 y el manejo posterior a los ataques. La funcionario se limitó a repetir dichos de Geroge W.Bush, Donald Rumsfeld (Defensa) y otros miembros del gabinete.
En un clima tan volátil, puede decirse que Wall Street concluyó lo mejor que pudo. No obstante, el Dow Jones industrial trocó un alza de casi 1,1% en 0,36% de baja, el Standard&Poor’s pasó de +0,88 a –0,11 y el Nasdaq compuesto lo hizo de +1,55 a +0,13%.
El problema es que Wall Street y los republicanos precisaban cerrar la semana con mejores índices. Cabe recordar que, el miércoles, Alcoa –la mayor aluminera mundial- y Seagate Technology (líder global en discos rígidos), entre otras, admitieron que sus balances desilusionarían a acciones e inversores. A su vez, varios analistas temen que, después de Nokia –el martes- y estos casos, las utilidades de firmas importantes para cada sector no alcancen para reanudar la “onda feliz” a partir del lunes 12.
Ahora falta saber qué resultados deparan Yahoo! y General Electric. Las dos y el grupo anterior son claves en la principal cartera global, la Standard&Poo’s 500. Ocurre que los gurúes del mercado habían elevado –en febrero- de +13,4 a +17,1% el promedio de ganancias para el trimestre terminado el 31 de marzo.
Al cierre de la semana corta, parecía claro que los resultados del primer trimestre –aunque todavía se esperan mejores que los anticipados hasta ahora- no alcanzarán para reanudar la ola alcista cortada el lunes 5. Pero, amén de balances en duda, ahora empiezan a pesar la pésima gestión de Estados Unidos en Irak y la multiplicación de riesgos terroristas.
En cuanto a números, Wal-Mart –la mayor cadena minorista del mundo- admitió el jueves que sus ingresos (ventas) crecerán menos de lo esperado durante el resto del año.
En realidad, las aperturas en Nueva York fueron bastante firmes, con los principales indicadores recobrando de 0,88 a 1,55%. El motivo estaba claro: otra ola de estadísticas a medida del gobierno. Así, el departamento federal de Trabajo informó que, durante la semana del 29 de marzo al 2 de abril, “sólo” 328.000 personal solicitaron por primera vez el subsidio por desempleo (contra los 340.000 que esperaba el mercado).
Por supuesto, aunque la cifra sea la menor en tres años, el trasfondo no ha cambiado: la economía sigue eliminado puestos laborales. Esta realidad explica, de paso, por qué sucesivos índices privados de confianza entre consumidores y ejecutivos ya no influyan tanto.
Respecto de la “guerra de posguerra”, las fuerzas ocupantes estaban perdiendo ciudades a manos de una coalición de hecho: shi’íes intransigentes y sunníes vinculados al régimen caído hace más de un año. Tampoco causó buena impresión Condoleezza Rice, asesora de Seguridad Nacional, en el testimonio ante una comisión legislativa que investiga las respuestas del gobierno ante advertencias previas al 11 de septiembre de 2001 y el manejo posterior a los ataques. La funcionario se limitó a repetir dichos de Geroge W.Bush, Donald Rumsfeld (Defensa) y otros miembros del gabinete.
En un clima tan volátil, puede decirse que Wall Street concluyó lo mejor que pudo. No obstante, el Dow Jones industrial trocó un alza de casi 1,1% en 0,36% de baja, el Standard&Poor’s pasó de +0,88 a –0,11 y el Nasdaq compuesto lo hizo de +1,55 a +0,13%.
El problema es que Wall Street y los republicanos precisaban cerrar la semana con mejores índices. Cabe recordar que, el miércoles, Alcoa –la mayor aluminera mundial- y Seagate Technology (líder global en discos rígidos), entre otras, admitieron que sus balances desilusionarían a acciones e inversores. A su vez, varios analistas temen que, después de Nokia –el martes- y estos casos, las utilidades de firmas importantes para cada sector no alcancen para reanudar la “onda feliz” a partir del lunes 12.
Ahora falta saber qué resultados deparan Yahoo! y General Electric. Las dos y el grupo anterior son claves en la principal cartera global, la Standard&Poo’s 500. Ocurre que los gurúes del mercado habían elevado –en febrero- de +13,4 a +17,1% el promedio de ganancias para el trimestre terminado el 31 de marzo.