Por consiguiente, Wall Street –tras ganar hasta 2%- cerró con dos bajas y una suave alza. El Dow Jones 30 cedió 0,82% y 1,11 el Standard&Poor’s 500, que refleja inestabilidad en el sector financiero de la cartera. Por el contrario, el Nasdaq compuesto avanzó 0,47%. Fue un día de extremos y gurúes desorientados en todo el espinel.
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En Asia-Pacífico, eso quedó patente. Mientras Tokio saltaba un desmesurado 7,74%, Hong Kong se conformó con 0,84% y Singapur con 0,28%. En Europa occidental, a Londres se le fe la mano (8,05%, sin motivos claros), igual que al DJ 50 Europa (9,9%). Pero Francfort perdió 0,31%, quizá porque lo del martes (+8,7%) había sido demasiado. </p>
<p>Volviendo a Nueva York, Exxon Mobil y Schlumberger –servicios petroleros-encabezaron alzas en el sector hidrocarburos del S&P 500 (7,5, 8%). Acá influyeron perspectiva de que, con crudos a US$ 66,10/68,30 (Brent, WTI), la baja de tasas podría estimular compras. Similares presunciones empujaron 9% las cobreras. Tras los desbordes eufóricos del martes, las operadores sensatos se darían por satisfechos con cierres equilibrados hasta el martes 4, día de elecciones. Algunos líricos hasta sostuvieron que la Reserva Federal apela a su creatividad para resolver la crisis. Pero Benjamín Bernanke es menos culpable de ese pecado que su antecesor, Alan Greenspan. </p>
Volátiles, las bolsas reaccionan en forma dispar a la baja de tasas
En realidad, los mercados daban el martes por seguro que la Reserva Federal reduciría los tipos referenciales de 1,5 a 1% anual (básico) y de 2,5 a 2% (redescuento). Vuelven a los pisos de 2004, son un arma de doble filo y presuponen deflación.