Bajo el título “Horas críticas para el desarrollo inmobiliario en Argentina”, en uno de los paneles principales del Congreso de Desarrollos e Inversiones Inmobiliarias, representantes de distintas desarrolladoras analizaron la situación del sector de la construcción en el contexto económico actual, moderados por el presidente de CEDU, Damián Tabakman.
La décima edición del Congreso de Desarrollos e Inversiones Inmobiliarias presentó una modalidad de reflexión sobre la coyuntura. En la disertación que tuvo lugar al mediodía, cinco desarrolladores miembros de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) junto a su presidente como moderador, discutieron su visión del mercado. Si bien las miradas de los profesionales son distintas, todos coincidieron en tener un enfoque a largo plazo y en seguir apostando a los proyectos que están en marcha, por lo que fueron optimistas más allá de la situación económica.
Horacio Parga, Director del Grupo Edisur, opinó que la devaluación y el disparador de las tasas es un tema coyuntural y subrayó que “el rumbo sigue siendo el mismo”. En cuanto a su modalidad de trabajo, explicó: “Apostamos fuerte al crédito para generar movimiento y ventas, y así cuando la economía se tranquilice, volcarlos a créditos hipotecarios”.
“Como compañía, es muy importante hacer grandes urbanizaciones con escalones pausados para que la gente pueda acceder”, dijo Gustavo Menayed, presidente del Grupo Portland. Además, calificó a su proyecto de “ambicioso para el contexto de vaivenes que impone Argentina”. De esta manera, explicó que nunca se piensa en la empresa en un contexto determinado sino a largo plazo. “Por ahí pasa nuestro objetivo”, determinó.
Menayed también destacó la importancia de la innovación. “La tecnología en Argentina recién ahora se empieza a notar, porque no hay financiación”, analizó. Y agregó: “Es nuestra obligación como constructores traer tecnología.”
El presidente de Northbaires, Sergio Kompel, definió al contexto actual como “un panorama incierto”. Explicó que, en su caso, la modificación de la tasa de interés no tuvo un efecto directo, ya que apuntan al segmento de inversor tradicional de ladrillos. Sin embargo, contrapuso: “Lo que sí se puede notar es la sensación del usuario final, que en una situación de incertidumbre, demora sus decisiones de inversión”.
En cuanto al impacto de precios, Kompel lo estima en 15 o 20 % del costo de la construcción, y con esto destacó que es en este momento en donde hay que pensar a mediano y a largo plazo. “Somos agresivos con el ajuste. Creemos que los costos van a bajar y estamos acompañando con los precios en la proporción, tratando de que los inversores aceleren sus decisiones”, opinó.
El cuarto disertante fue Pablo Kiesel, gerente comercial de RAGHSA, cuyo foco principal es el mercado corporativo de oficinas clase A. En este sentido, analizó: “El mercado está lento, junto con la toma de decisiones, pero también está pasando algo interesante”. Y agregó: “Las grandes corporaciones están apostando a que en 2020 van a tener trabajo y negocios, y eso nos da un sentimiento de que hay que seguir. No hay que tener miedo, hay que tomar recaudos y hay que buscar las mejores herramientas y oportunidades, pero siempre tratar de seguir adelante”, concluyó.
“Estamos acostumbrados a trabajar de esta manera. No es la mejor, pero a veces hay que acomodarse para seguir haciendo cosas”, reflexionó Gonzalo Monarca, presidente del Grupo Monarca, sobre la posición de los desarrolladores inmobiliarios. Además, explicó que son los proyectos medios los más afectados, no así los productos de carácter alto. “En crisis, el pico de la pirámide es lo que sigue funcionando. Nosotros tenemos productos en el medio y en el medio-alto y lo medio se frena porque es donde más impacta la crisis”. En cuanto a las proyecciones futuras, opinó que se viene un 2019 “complicado a nivel político” por las elecciones, pero que de todas formas, para el sector inmobiliario, será mejor que el 2018.