<p>Los quebrantos derivaron de apuestas no permitidas. La entidad recién se dio cuenta del asunto el miércoles 14 por la noche, lo denunció a la policía zuriquesa y ésta detuvo –antes de que huyera- al ex operador, la madrugada del jueves “por sospechas de fraude y abuso de posición privilegiada”. El viernes todavía no se le habían formulado cargos penales.<br />
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Adoboli era un operador de escaso nivel en la mesa de dinero (Londres), cuya especialidad era jugar con fondos del banco y apostar usando instrumentos derivativos. La modalidad involucra fondos transados en el mercado cambiario (FTMC). Sigue siendo un misterio como el hombre pudo generar semejantes pérdidas sin apelar a apalancamientos o quedar en evidencia.<br />
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Por supuesto, la demora en radicar cargos específicos hace colegir que este personaje formaba parte de un grupo. Según fuentes internas, su colega John Hughes renunció el jueves, en tanto UBS suspendía a otros miembros de la mesa y la cerraba.<br />
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Lógicamente, nada de eso evitó que la acción del banco cayese 11% el jueves y algo menos el viernes. La magnitud del caso Adoboli lo ubica entre los mayores fraudes de la historia financiera. En menos de dos decenios estallaron escándalos como los de Nicholas Leason (Baring Brothers), Société Générale (Jerôme Kerviel) o Kidder Peabody.<br />
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Desde 2006, a los 26 años, Adoboli operaba en la mesa de dinero perteneciente a la unidad de alfa frecuencia (TAF) Delta One. A su vez, parte del área banca de inversión. Su carrera se asemeja a la de Kerviel (SG, 1908), que le costó al banco francés € 4.900 millones. Ambos casos implicaban el ocultamiento de transacciones no autorizadas y pusieron en la picota las fallas en cuanto a contralor gerencial. En su momento, SG y Kidder Peabody descabezaron las cadenas de mandos. Ahora, son los circunspectos suizos quienes tienen una papa caliente en las manos.</p>
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¿Un solo operador pudo hacer tanto daño en UBS?
Esos US$ 2.000 millones no fueron obra exclusiva de Kweku Adoboli, un ghanés de 31 años. Según expertos duchos en gestión de riesgos, la culpa la tiene Union des Banques Suisses misma, por no advertir tal masa de transacciones no autorizadas.