Con el shock del gasto en salarios, el default y el pago del medio aguinaldo, las provincias vienen haciendo proezas para, mediante el incremento de impuestos y el ajuste de las erogaciones, conseguir los recursos para poder cerrar el ejercicio fiscal 2014, señala el informe de Ecolatina.
El 2014 ya se perfilaba complejo para las provincias en materia de sus cuentas públicas.
Por el lado de las erogaciones, el shock salarial de diciembre del año pasado (impulsado por los reclamos de las policías locales) planteó un punto de partida elevado para definir el resto de las paritarias antes de que comenzara el nuevo ejercicio fiscal (más de la mitad del gasto provincial corresponde al pago de remuneraciones).
Asimismo, la devaluación de principios de año generó mayores presiones sobre el gasto público puesto que la principal fuente de financiamiento de las provincias durante 2013 fue la colocación de bonos dollar linked (pagaderos en pesos pero atados a la evolución del tipo de cambio oficial).
Por el lado de los ingresos, la recesión impactó negativamente sobre sus recursos tributarios, ya que 6 de cada 10 pesos que ingresan a las arcas provinciales provienen de impuestos muy ligados al nivel de actividad económica.
El componente más dinámico dentro de los ingresos provinciales es el Fondo Federal Solidario (+49% i.a. en los primeros 9 meses) gracias a una mejora tanto de precios (devaluación) como de cantidades (mayor cosecha) de soja, pero este sólo representa el 2% de sus ingresos totales.
Por estos motivos es que las provincias veían al endeudamiento externo como la salida para poder cerrar su bache fiscal: de hecho, los presupuestos provinciales 2014[1] cerraban con un endeudamiento de $ 30.000 millones. Muchas de ellas estaban esperando la resolución del caso de los holdouts para poder colocar deuda a tasas más bajas.
Sin embargo el desenlace del caso en Nueva York fue una mala noticia no sólo para la Nación sino principalmente para los gobiernos sub-nacionales.
Ante un contexto macroeconómico desfavorable y la momentánea imposibilidad de acceder al financiamiento externo, se aproximan meses complejos para las provincias: a fin de año éstas deberán afrontar el pago del medio aguinaldo a los empleados públicos ($ 15.000 M).
Para hacerse de caja las provincias tuvieron que optaron por una o varias de las siguientes alternativas: suba de impuestos, freno en los gastos y acumulación de deuda flotante con proveedores.
Esta estrategia permite afrontar un desbalance coyuntural como el pago del medio aguinaldo, pero no puede sostenerse de manera indefinida.
Si bien es cierto que en 2015 habría más transferencias discrecionales también habrá más necesidades de gasto por las elecciones (las erogaciones crecen 5 p.p. más que en años sin comicios), por lo que persisten los problemas estructurales de las cuentas provinciales.
Si el próximo año se vuelve a ampliar el bache entre ingresos y gastos, la gran dificultad será como financiarlo si el acceso a los mercados externos sigue trunco.