domingo, 22 de diciembre de 2024

Ucrania y los semiconductores

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La invasión rusa a Ucrania presenta un nuevo peligro para la actual escasez global de semiconductores: otra reducción de la producción y otra suba de precios.

Los dos países son grandes productores de muchos gases y metales preciosos — neón, paladio, platino, níquel, helio, argón, criptón y xenón — que se usan en la fabricación de semiconductores, teléfonos inteligentes y vehículos eléctricos.

Ucrania es especialmente importante porque es responsable de la mayor producción mundial de gas de neón. El país produce más de 90% del neón con grado necesario para semiconductores que se usa en Estados Unidos. El neón es un subproducto de la fabricación de acero pero solo se encuentra en cantidades mínimas y se atrapa en las viejas plantas siderúrgicas de Ucrania y Rusia.

Cuando Rusia invadió Crimea en 2014, los precios del neón se dispararon por lo menos en 600%. Esta vez, las empresas han dicho que pueden recurrir a sus reservas, pero la corrida por encontrar proveedores que no estén en Europa del este está provocando escasez y aumentos de precio, no solo del neón sino también de otros gases industriales como el xenón y el criptón.

Cuarenta por ciento de la oferta global de criptón proviene de Ucrania y su precio subió antes de la invasión de US$ 1,73/2,59 por litro a US$ 8,64 a finales de enero.

Se han realizado muchos esfuerzos por diversificar la producción desde la crisis de Crimea y las empresas han hecho acopio y reemplazos para algunos gases. Pero muchos analistas temen que una vez que se acaben las reservas (algo que podría ocurrir en seis a ocho semanas) la industria podría comenzar a tener dificultades. Países como Estados Unidos y China tienen la capacidad de producir neón, pero no con la celeridad que exige la urgencia.

Los analistas de BMO Capital Markets dicen que la industria automotriz podría comenzar a sentir la escasez, no solo de semiconductores sino también de arneses de cables. 22 compañías automotrices tienen invertidos más de US$ 600 millones en 38 plantas en Ucrania, muchas de ellas para producir arneses de cables y dan empleo a más de 60.000 personas. Ahora se encuentran en zona de guerra.

 

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