Un informe realizado por las consultoras Ecolatina y Key Market sostiene que el saldo de la balanza del sector turismo y viajes alcanzaría un déficit récord superior a los US$ 10.000 millones en 2017, profundizándose de esta manera el rojo del sector que ha experimentado Argentina desde 2011 en adelante.
Uno de los principales motivos de este comportamiento se encuentra en la evolución del tipo de cambio real: desde fines de la década pasada, Argentina demuestra tener una fuerte tendencia a la apreciación cambiaria que se sostiene hasta el día de hoy, básicamente debido a distintos intentos de controlar la inflación mediante el anclaje del tipo de cambio nominal. Con excepción de los años 2014 (se registró una devaluación nominal de más del 20%) y 2016 (cuando se materializaron los efectos del salto cambiario del 40% generado a raíz de la salida del cepo en diciembre de 2015), el tipo de cambio real multilateral se ha movido siempre en dirección a la apreciación.
Esto tiene dos efectos sobre el turismo internacional: por un lado, Argentina se vuelve más costosa para los turistas extranjeros, desincentivando la llegada de viajeros; por otra parte, se torna relativamente más barato para los argentinos vacacionar en el exterior, por lo que se incrementa la salida de turistas.
Un dato interesante a tener en cuenta es que el efecto del tipo de cambio sobre los turistas locales y extranjeros ha sido muy disímil en los últimos años: mientras que el ingreso de turistas por los principales aeropuertos y el Puerto de Buenos Aires se redujo alrededor de un 15% entre 2010 y 2016, la salida de turistas se incrementó un 100%. Es decir, la apreciación cambiaria estimula en gran medida la salida de turistas residentes y reduce la llegada de extranjeros, acrecentando de esta forma el déficit del sector.
En este sentido, durante 2017, el turismo que hacen los argentinos tanto dentro como fuera del país se ubica en terreno positivo, pero crece a un ritmo mayor el turismo internacional. En los primeros nueve meses del año, la cantidad de noches que se hospedaron los argentinos fuera del país aumentó16,4% i.a, mientras que las que realizaron en algún destino de Argentina se incrementaron 4,9% i.a. Asimismo, el crecimiento de estas últimas se debe en parte a una base de comparación negativa, dado que para el mismo periodo de 2016 las pernoctaciones de residentes en el país cayeron 2,8% i.a. Por su parte, las realizadas en el exterior aumentaron 23,9% i.a. el año pasado.
Perspectivas
Desde el sector público se llevan a cabo distintas medidas con el objeto de proveer al sector de diversos estímulos que permitan acelerar su crecimiento en los próximos años y achicar su déficit. Con el diseño e implementación del Plan Federal de Turismo, el gobierno busca generar 300 mil puestos adicionales de trabajo en el sector para 2020, incrementar la cantidad de turistas (a 9 millones de extranjeros y 70 millones de residentes, lo que implica un aumento del 50% y 47% respectivamente) y el gasto de los mismos (a alrededor de US$ 18 mil millones, incrementándose más de un 70%), posicionando al país como un eje clave de la región e invirtiendo US$ 800 millones en el sector. A ello se suma la devolución del IVA a turistas extranjeros por servicios de alojamiento y desayuno que entró en vigencia a comienzos de 2017.
Paralelamente, se desarrolla un proceso de renovación en infraestructura que tiene como uno de sus componentes claves al transporte aéreo, buscando “conectar” al país a nivel nacional, regional y mundial. En concordancia con esto se encuentra la reciente incorporación de nuevas líneas aéreas al mercado, como es el caso de Avianca y Andes, y la inminente llegada de aerolíneas low-cost como Norwegian y Flybondi.
No obstante, se espera que el déficit del sector se profundice en el corto plazo. Para 2018 el tipo de cambio real multilateral no sufriría cambios significativos, por lo que se mantendría el atraso cambiario existente. Este fenómeno, sumado a un poder adquisitivo en dólares que experimentaría una leve mejora el año próximo, probablemente contribuya a la profundización del déficit de divisas por turismo que viene experimentando Argentina durante los últimos 7 años. El respiro podría venir por el lado del ingreso de turistas brasileños, cuya economía cerrará el 2017 con un crecimiento en torno al 0,7%, recuperándose así de la recesión sufrida en 2016, y con pronósticos de crecimiento en torno del 3% para 2018.