Los ahorristas que desconocen la Bolsa tienen a disposición un puñado muy reducido de apuestas financieras para valorizar su capital. Entre ellas, una de sus preferidas es el plazo fijo.
Los depósitos a plazo, sin embargo, están lejos de cumplir el objetivo mínimo de cualquier inversión segura: mantener el valor de la inversión. Las tasas que pagan se ubican en torno al 27-28% anual y no alcanzan para compensar la erosión de poder de compra que produce la inflación.
Esto quiere decir que, al finalizar el depósito, el capital aumentado compra una menor cantidad de bienes y servicios que al inicio de la colocación bancaria.
Ante este escenario, es fundamental ampliar el espectro y considerar otras alternativas superadores. Recomendamos considerar tres alternativas poco complejas de la Bolsa que le ganan a los depósitos bancarios y también al encarecimiento del costo de vida. Algunas tienen un riesgo muy bajo, incluso inferior al de los plazos fijos.
El único requisito para invertir en cualquiera de estos instrumentos es contar con una cuenta en una sociedad de Bolsa o broker.
Lebacs
Se trata de las Letras del Banco Central. Son los títulos de corto plazo que la entidad monetaria emplea para absorber pesos del mercado y combatir la inflación.
Para aspirar mayores montos de dinero, el BCRA convalidó mayores tasas en las últimas semanas. Así, las colocaciones en pesos ganaron atractivo. Hoy las tasas de interés que se desprenden de las licitaciones de Lebac arrojan tasas nominales anuales de hasta 38%. Los mayores retornos se observan especialmente en los tramos más cortos de 35, 63 y 98 días.
A efectos comparativos, las Lebac se parecen a un bono. Constituyen una deuda ya que se contabiliza como pasivos del BCRA, siendo sus prestamistas los inversores.
Pero a diferencia de la mayoría de los títulos locales, las Lebac tienen la particularidad de que se emiten con descuento. Específicamente, funcionan como un bono “cupón cero”. Esto significa que amortizan la totalidad del capital al vencimiento y no hacen pagos de interés. La tasa de interés se calcula implícitamente entre el capital invertido y el monto recibido el día del pago.
Otra característica distintiva es que el Banco Central ofrece semanalmente estos títulos. Los días martes se lleva a cabo la licitación en la que los inversores mayoristas y minoristas pueden hacerse de las Lebac.
Cabe destacar que las Letras del BCRA son los títulos más seguros del mercado porque quien los emite es la entidad encargada de imprimir los billetes. Tienen riesgo de default cero.
Cauciones
Aunque es muy probable que las cauciones sean desconocidas para la mayoría de los ahorristas, en la plaza financiera son el centro de la atención. Son las estrellas del mercado de dinero porque mueven el triple de dinero que las acciones.
La caución es lo más parecido a un plazo fijo en la Bolsa. Pero en lugar de prestarle dinero al banco, el colocador de una caución le presta fondos a otro inversor (llamado tomador). El colocador aporta el efectivo y al término del período establecido, se hace del capital original más los intereses correspondientes. En tanto, el tomador recibe los fondos dejando títulos (bonos o acciones) en el Mercado de Valores como garantía de repago.
Cuando vence la caución, el colocador recibe los intereses y el capital pactados mientras que el tomador devuelve el préstamo más sus intereses y recupera sus títulos.
Si bien la caución se parece a un plazo fijo, es una variante superadora. Una ventaja frente a las alternativas bancarias es que las cauciones se pueden efectuar a un plazo menor que 30 días. En efecto, el mínimo es 7 días (y el máximo es 120), algo que dota de gran liquidez a la decisión de colocar el capital de esta forma.
Además de líquidas, las cauciones son alternativas extremadamente confiables porque las operaciones están garantizadas por el Mercado de Valores de Buenos Aires S.A.
Hoy en día, las cauciones tienen un rendimiento nominal anual de entre 37% y 38%, aunque durante la rueda se pueden llegar a conseguir tasas superiores al 40%.
Lanzamientos cubiertos
Estas operaciones consisten en la compra de una acción y, en simultáneo, la venta de opción financiera de compra (call). Mientras que el inversor paga dinero por la acción, recibe un ingreso por la prima de los calls vendidos. Esto último hace las veces de descuento y abarata el costo del papel adquirido.
La venta del call no es otra cosa que un compromiso de venta de la acción puntual en caso de que la cotización se ubique por encima de un valor preestablecido (strike), al cabo de un período de tiempo.
La lógica del lanzamiento cubierto no es que el inversor gane con una suba de la acción, sino que el objetivo es obtener una tasa de interés cuando se ejecuta el call, es decir, cuando se uno se desprende del activo.
De esta manera, al comprar la acción a un valor más bajo y al venderla a un valor fijado más alto, el inversor se garantiza un rendimiento que, en términos anualizados, es superior al de los plazos fijos. Se pueden conseguir tasas que superan el 50% anual.
La cobertura (protección del capital invertido) también es interesante al momento de hacer la operación ya que el inversor tiene un margen de tolerancia para soportar la caída del precio de la acción.
Si el call no se ejecuta, el inversor se queda con los papeles. Debido a esto, recomendamos emplear la estrategia con las acciones más líquidas del mercado.
(*) El autor es Economista de Inversor Global