sábado, 23 de noviembre de 2024

Temen que la crisis energética lleve a una recesión generalizada

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Peligrosa desaceleración de la actividad industrial con el temor de una recesión a nivel mundial. El índice S&P de metales industriales cayó más de 9% desde mediados de agosto.

Quedó en un nivel tan bajo como en julio, cuando crecían los temores de una recesión mundial en las principales bolsas del mundo.

El indicador, que sigue la trayectoria de los precios al contado de los precios de cobre, níquel y aluminio, cayó 17% en 2022, después de haber subido más de 25% tras la invasión de Rusia a Ucrania.

Vuelve a cobrar protagonismo las ventas de los metales que se usan para fabricar enorme cantidad de productos en un momento en que preocupa la demanda global.

Los economistas saben que el aumento de los precios de la energía va a afectar fuertemente a la industria. Temen que la crisis energética lleve al mundo a una recesión generalizada.

En Europa el precio del gas subió 17% y se coloca en el mismo nivel que alcanzó cuando Rusia dijo que suspendía en el envío de gas a Europa. Ese aumento genera temores de que las grandes empresas y los consumidores reduzcan el uso para bajar sus cuentas.

El cobre, que es un barómetro para medir la salud de la economía global, cayó casi 6% la tonelada en una semana, anulando el repunte de los metales industriales más usados. El hierro, fundamental para la fabricación de acero, cayó por debajo de los US$ 100 la tonelada (US$ 160 un año atrás).

En Estados Unidos, la Reserva Federal decidió sobre su decisión de contener la inflación aumentando las tasas de interés, una medida que fortaleció al dólar frente a una canasta de las principales monedas. Los precios de los commodities, que en general se comercian en dólares norteamericanos, tienden a caer porque el fortalecimiento de la moneda norteamericana los hace más caros.

Las preocupaciones por la economía en Europa, de Estados Unidos y China llevó al Commerzbank alemán a bajar los precios de los metales básicos más importantes para los próximos dos trimestres.

No obstante, la preocupación por la oferta, que también existe, ayuda a controlar las caídas en los precios de los metales industriales. La industria ya sufrió por los cierres de instalaciones fabriles por la subida desenfrenada en los precios del gas y de la energía en general. En la última semana, Aldel, la productora holandesa de aluminio, anunció que detiene la producción en una de sus plantas y ArcelorMittal dijo que apaga uno de los hornos en su siderúrgica de Bremen, Alemania.

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