La Unión Monetaria bajó la tasa de referencia a 0,15% y la tasa de depósito a -0,10%, o sea tasa negativa. Ni la Reserva Federal de Estados Unidos ni el Banco de Japón ni el Banco de Inglaterra intentaron jamás semejante medida, que el Banco Europeo cree ayudará a combatir el riesgo de deflación y elevar la inflación debilitando el euro y fomentando los préstamos.
Al reducir la tasa de facilidad de depósito a negativo hasta -0,10% desde el 0% anterior, se cobrará por primera vez en la historia a los bancos por guardar su dinero, una medida cuyo impacto es muy difícil de anticipar. La idea, obviamente, es alentar a los bancos a prestar dinero en lugar de acumularlo. 0,1% es la tasa que deberán pagar los bancos al depositar dinero en el BCE en vez de permitir que fluya hacia la economía.
La banca central europea está tratando de estimular la recuperación económica y elevar la inflación, que está en apenas 0,5%. La débil inflación ha creado temores de que la eurozona caiga en la deflación, o sea una caída sostenida de los precios que puede estancar el crecimiento porque tanto los consumidores particulares como las compañías demoran gastos en busca de precios bajos.
El presidente del BCE, Mario Draghi, tiene prevista para este jueves una conferencia de prensa en Frankfurt para detallar las decisiones que tomó el organismo financiero. Se cree que en esa oportunidad anunciará préstamos baratos a largo plazo a pequeñas empresas