<p>Fuentes comunes a esos medios y allegadas a Berlín (no a Francfort, sede común del BCE y el Bundesbank) esperan en pocos días que Merkel siga los pasos de Nicolás Sarkozy, presidente francés. En realidad, se trata de una situación sin alternativas: no queda un solo postulante germano capaz de rivalizar con el italiano.<br />
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No por casualidad, desde Roma el titular del emisor vuelve a hablar de condiciones para una reacción económica en la Eurozona (los diecisiete socios del BCE). Para promoverla, “hacen falta inversiones en infraestructura, desechar ineficiencias y demoras”. Por ahora, ni una sola alusión a las recetas austeras y contraproducentes impuestas a Grecia, Irlanda, Portugal, etc.<br />
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No es por accidente que Draghi enumere factores característicos de su propio país (y España, de paso). En el plano regional, “la crisis de endeudamiento soberano estanca los ingresos –también en el sector privado- en varias economías de la Unión Europea.”<br />
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Por supuesto, el eventual presidente de BCE no tiene mucho margen ni tiempo para armonizar entre sus concepciones “desarrollistas” y el conservadurismo de dos actores alemanes: Merkel (más Wolfgang Schäuble, ministro de hacienda) y el parlamento federal. En realidad, la moderación francesa e italiana carece de mucho eco en un bloque de economías (Holanda, Suecia, Dinamarca, Luxemburgo, Austria) donde es fuerte la idea de un “supereuro” para socios prósperos.<br />
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También Merkel apoya a Draghi para el BCE
Según diarios alemanes y británicos, la canciller Angela Merkel aceptará la precandidatura de Mario Draghi, presidente de Banca dItalia (central). Sucederá a un ingeniero, el francés Jean Claude Trichet, al mando del Banco Central Europeo.