<p>El mayor problema actual reside en peligro de contagio creciente en dos economías, España e Italia, mucho más grandes que Irlanda, Portugal o Grecia. Las cinco, en realidad, representan amenazas para las restantes once de la zona. <br />
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Paralelamente, las preocupaciones sobre los rindes de títulos soberanos y sus efectos en prestatarios privados fueron subrayadas esta semana por una advertencia del banco central portugués. Según el comunicado, “los bancos comerciales afrontan niveles insoportables de riesgos para financiar deudas si Portugal no instrumenta medidas fiables para consolidar las finanzas públicas”.<br />
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En ese informe, difundido el martes, el banco central sostiene que las dificultades atinentes a la deuda soberana obligan a que las entidades comerciales se hallen en “permanente dependencia a gran escala del Banco Central Europeo para obtener liquidez.<br />
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Esta situación no puede sostenerse”. No obstante, agrega el comunicado, “nuestros bancos no afrontan problemas intrínsecos de rentabilidad o solvencia y muestran notable capacidad de resistir y adaptarse”.</p>
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Suben los costos para las empresas europeas
La crisis en la Eurozona infla no sólo los intereses bancarios, sino también los costos crediticios para compañías. Ambas categorías operan, claro, más allá de los mercados de deuda soberana y están demorando emisiones de bonos.