De pronto, los quince papeles que componen el índice de empresas constructoras e inmobliarias bajaron al mismo tiempo. Eso a causa de un informe de la Asociación Nacional de Agentes en Bienes Raíces, según el cual las ventas de viviendas ya en uso se frenaron más de lo previsto durante julio.
“Meses atrás, esos papeles volaban por la estratósfera”, recueda Alfred Goldilocks, analista jefe en AG Edwards. “Esta caída es la excusa perfecta para los adminitradores de fondos y carteras. Estaban esperándola para vender y tomar ganancias antes de que fuese tarde”.
En realidad, el alza a US$ 65,75 de los crudos tejanos a término (fin de septiembre) debió haber tenido un impacto más amplio del registrado en Nueva York. Tampoco el desbarranque del panel inmobiliario pesó mudho. Así, los principales indicadores bursátiles no cedieron como debieron haberlo hecho y quedaron en –0,3% (Dow Jones industrial), -0,15% (S&P 500) y cero variación (Nasdaq compuesto).
De pronto, los quince papeles que componen el índice de empresas constructoras e inmobliarias bajaron al mismo tiempo. Eso a causa de un informe de la Asociación Nacional de Agentes en Bienes Raíces, según el cual las ventas de viviendas ya en uso se frenaron más de lo previsto durante julio.
“Meses atrás, esos papeles volaban por la estratósfera”, recueda Alfred Goldilocks, analista jefe en AG Edwards. “Esta caída es la excusa perfecta para los adminitradores de fondos y carteras. Estaban esperándola para vender y tomar ganancias antes de que fuese tarde”.
En realidad, el alza a US$ 65,75 de los crudos tejanos a término (fin de septiembre) debió haber tenido un impacto más amplio del registrado en Nueva York. Tampoco el desbarranque del panel inmobiliario pesó mudho. Así, los principales indicadores bursátiles no cedieron como debieron haberlo hecho y quedaron en –0,3% (Dow Jones industrial), -0,15% (S&P 500) y cero variación (Nasdaq compuesto).