<p>A su criterio, “si los problemas de la periferia europea salpican más allá del mapa, los bancos norteamericanos afrontarán grandes pérdidas, por su exposición crediticia”. En su óptica, existen riesgos de contagio no sólo en el resto de Europa sino, además, en mercados financieros hasta ahora ajenos a Occidente.<br />
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En una declaración poco usual en un ente dedicado a la regulación monetaria, no a lo macroeconómico, Tarullo eligió un momento políticamente tórrido. Este fin de semana se realiza en Bruselas el primer cónclave sobre creación de una autoridad para el euro. Si bien su ámbito es la Eurozona, son ahora los veintisiete ministros financieros de la Unión Europea quienes buscan acuerdos mínimos.<br />
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Hasta el viernes sólo Alemania y Francia llegan con una posición en común. Así, Berlín y París exigirán medidas contra el déficit y la deuda; entre ellas, suspenderles a los infractores el derecho a voto en la comisión europea. Otra propuesta impondría ceses de pagos escalonados, o sea no se rescatarian países atacados por los mercados. Angela Merkel sugerirá “acabar con el oligopolio de las agencias calificadoras de riesgos”.<br />
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El dúo insistirá en una tasa Tobin actualizada, para que los banqueros privados paguen por sus descalabros especulativos. Curiosamente, la delegación holandesa acaricia un proyecto geopolítico: invitar a Turquía, antigua aspirante a integrar la UE, por su peso en Levante y Asia central. <br />
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Según un director de la RF, Europa amenaza a EE.UU.
Daniel Tarrullo, en efecto, sostuvo que la crisis de endeudamiento allende el Atlántico hace peligrar bolsas y bancos. También compromete nuestra recuperación económica, señaló ante un comité de la cámara de representantes.