<p>Por ejemplo, los clientes individuales de Union des Banques Suisses retiraron en treinta meses, hasta junio, FS 248.000 millones, pero recolocaron un monto algo superior. Lo mismo sucedió en los otros diecinueve bancos y banquitos. <br />
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Groupe Crédit Suisse, Pictet & Cie y Banque Sarasin marchan al frente en recuperación de fondos negros (no declarados en los países originarios). El trío reunió alrededor de FS 196.000 millones en virtud de un pase mágico: abrió cuentas fuera de Suiza. El objeto es recapturar clientes remisos a dejar su dinero en un país investigado por varias potencias debido a malas costumbres financieras que datan de 1848. <br />
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“Se equivocaron quienes subestimaban a los gnomos de Zürich y los creían en la lona. Simplemente, mudaron operaciones”, opina Sebastian Dovey, socio gerente de Scorpio Partnership, una consultoría londinense. “Pese a las acciones extranjeras contra las cuentas anónimas y la crisis financiera de 2007/09, el negocio de la banque privée goza de buena salud y prospera en el mundo”.<br />
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Haciendo caso omiso de los veintitrés convenios entre Suiza y otros tantos países, sus bancos buscan salvar el secreto vía plazas extraterritoriales alrededor del planeta. Como subraya Walter Berchtold –maneja la división banca privada en Crédit Suisse-, “mientras no se resuelvan demandas específicas, nuestras entidades tendrán restricciones para operar en los vecinos europeos”. Pero ¿para qué están Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, San Marino, Andorra, Guernsey y sustitutos más distantes?<br />
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Secreto bancario, un auge que recupera US$ 53.000 millones
Discreta, impertérrita y con presumible apoyo oficial, la banca privada suiza ha recobrado unos FS 50.000 millones netos. Se trata de cuentas numeradas, provenientes de Estados Unidos, Alemania y Francia. Esto en dos años y medio desde 2008.