Se viene incubando la suba de tasas en la Fed

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El director de economía del IAE Business School, Eduardo Fracchia, dijo que la calificación de las acreditadoras ha sido un símbolo de la situación económica que atraviesan EE.UU. y Europa, a casi siete años del inicio de la recesión.

En particular en Estados Unidos la economía es todavía la gran asignatura pendiente de Obama y no parece que vaya a mejorar mucho en lo que queda de su mandato, afirma Eduardo Fracchia, director de economía del IAE Business School de la Universidad Austral.

 

La deuda americana en casi 100% respecto al PIB supera el número ideal de Maastrich de 60% pero es inferior por lejos a la deuda japonesa y a la de varios países europeos.

 

Algunos economistas como Krugman son proclives en este contexto de bajo crecimiento a una mayor expansión fiscal y otros en cambio fomentan la contención del gasto.

 

¿Defensa, Medicare, Medicaid? ¿Dónde concretar el ajuste? es la gran pregunta después que el Congreso en su momento decidió subir el tope de endeudamiento.

 

La economía está saliendo desde 2008 pero la tasa de crecimiento de 2014 es baja aún para compensar la destrucción de ocho millones de puestos en la crisis.

 

Se han creado a buen ritmo puestos en los últimos trimestres y el desempleo está cerca de 6% que para Estados Unidos es relativamente alto en el registro histórico.

 

A esto se le agrega el dato no menor que la duración media del desempleo es de 40 meses, el doble de la de 1981 por ejemplo.

 

Hay paralelismos con Europa. La diferencia es que allí hay dos velocidades. El experimento monetario resistido por Estados Unidos en los 90 demuestra que

Europa está lejos de ser un área monetaria óptima en el sentido tradicional de Mundell, quizás el principal teórico del tema.

 

En ambos procesos se echa en falta la coordinación y el liderazgo. El Fondo Monetario todavía está lejos de tener la reputación suficiente para influir en la agenda. El G7 fue desplazado por el G20.

 

El G2 (China y Estados Unidos) es quizás el órgano de diálogo más activo y relevante para la coordinación internacional. Se echa en falta un nuevo Bretton

 

Los Bancos Centrales de USA y Europa están con poco margen para actuar. En concreto la número 1 de la Fed, Yelen, poco podrá obtener de más QE3 (Quantitative Easing).

 

Hemos visto que el BCE seguirá comprando bonos en el mercado para favorecer a países en crisis. Es una buena señal a pesar de la postura fiscalista rigurosa de Alemania.

 

Por otra parte, Grecia, marginal en cuanto a su PIB, sigue dando dolores de cabeza por eventuales contagios.

 

El Programa en curso supone reducción de gastos, privatizaciones y ajuste de costos para fortalecer la competitividad.

 

El punto es que Grecia no tiene soja o equivalente como la Argentina para imitar nuestro ciclo expansivo de 2003 y tampoco moneda propia para devaluar. Otros plantean como Rogoff que podría haber un abandono temporario del euro.

 

Tanto el euro como el dólar son monedas de refugio y reserva que seguirán vigentes pero quizás con un prestigio más acotado que de paso a otras divisas.

China sigue con buen ritmo de inversión extranjera directa y con tendencia a la suba de salarios lo que influye en la relocalización de la manufactura hacia países como Méjico.

 

En síntesis, el contexto para los emergentes es favorable todavía por la liquidez existente. La apreciación del dólar se va a manifestar en un descenso del precio de commodities.

 

El riesgo al subir la tasa de referencia que se enfrenta es la amenaza de W en Estados Unidos pero parece muy poco probable. Esta medida influiría en modificar la racha de crecimiento que tenemos en la región.

 

Varios países se han endeudado a tasas muy bajas y esta modalidad podría alterarse. Por ahora existe una ventana de oportunidad, tanto para emergentes en general como en la región.

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