La estructura productiva y comercial de la industria del vino en Argentina opera en un entorno restrictivo, dificultando la incorporación de nuevas marcas para consumidores y retailers. Además, la producción tradicional de vino requiere una inversión significativa de capital, experiencia y tiempo, estableciendo altas barreras de entrada que limitan la innovación y diversidad en la industria. En este contexto Francisco Evangelista desarrolla una propuesta que nació de una demanda existente. “Recibía pedidos de todo el mundo relacionados con la producción de vino -desde hacer etiquetas hasta vender el vino- y empecé a aceptarlos. Hoy somos una empresa que ofrece un servicio 100% llave en mano”, cuenta Evangelista, líder de la empresa, sobre el nacimiento de Crowfarming.Wine.
Con el objetivo de transformar la industria vitivinícola, CrowdFarming.Wine acompaña a los inversores no solo en la creación de su propia marca de vino sino también en diferentes tipos de inversión en proyectos vitivinícolas, sin necesidad de grandes capitales ni experiencia previa. Gracias a su profundo conocimiento del sector, la experiencia técnica de sus enólogos y agrónomos, y la visión innovadora de su líder, CFW garantiza un entorno donde los clientes puedan aprender, crear su marca y desarrollar un negocio rentable.
“Convertimos la pasión por el vino en una obra maestra personalizada, guiando a nuestros inversores a lo largo de todo el proceso en una experiencia única”, afirma Evangelista.
Actualmente Crowfarming.Wine ofrece un servicio que cubre todos los eslabones de la cadena productiva, desde la uva, pasando por el diseño de etiquetas, embotellado, añejamiento, hasta los aspectos legales, logísticos y comerciales. Con 75 hectáreas de viñedos propios en Luján de Cuyo, Mendoza, produce sus uvas utilizando los principios fundamentales de la viticultura de precisión, garantizando la optimización de la producción, la reducción de los costos de cultivo, el aumento de la calidad y la trazabilidad, y facilitando la comercialización y venta del vino, no solo en Argentina sino también en el mundo con una exportación del 50% de la producción.
“Emprendedores y entusiastas del vino pueden tener un negocio rentable invirtiendo en la industria a partir de US$ 5000 (para vinos blancos) o US$ 8000 (para vinos tintos) en función del tipo de vino, la cantidad de botella y la categoría de vino que se busque elaborar, obteniendo excelentes márgenes de ganancia”, comenta Evangelista.