Por Lucas Buscaglia (*)
Pero aumento con proyecciones de política monetaria más agresivas a las esperadas.
En línea con lo anticipado por las últimas minutas de la Fed y las expectativas de mercado, junto con el dato de inflación de agosto, que fue más elevado de lo esperado, este nuevo aumento da señales de una postura más agresiva por parte de la entidad.
En el comunicado, el ente anunció que su principal objetivo es llevar la inflación al objetivo de 2% y que continúa sumamente atento a riesgos inflacionarios, señalando que aún siguen en “valores elevados”. En la conferencia de prensa posterior, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, remarcó con énfasis que el principal objetivo de la Fed es anclar expectativas y bajar la inflación al objetivo del 2%.
En estos términos, destacó que, si bien a la larga las expectativas parecieran estar ancladas, el riesgo de no actuar ahora podría revertir esto, y que una baja prematura en la tasa podría revertir el trabajo ya llevado a cabo por la Fed.
En respuesta a esto, los mercados reaccionaron de manera volátil con el S&P 500 cayendo un 1,5% y el Nasdaq también un 2,0% en los minutos posteriores al anuncio, pero nuevamente yendo hacia terreno positivo pasada la hora.
Sí bien el aumento fue esperado, las previsiones a futuro de aumentos de tasa publicadas por el organismo llevaron a esta corrección, dado que el banco central estadounidense dio a entender que buscará continuar con una política restrictiva por más tiempo de lo esperado. Esta baja se dio, inclusive, en un contexto donde desde el martes 13, cuando se publicó el IPC de agosto, los principales índices recortaron en magnitud importante sus cotizaciones, con el S&P 500 habiendo caído un 5,5% y el Nasdaq un 6,9%.
Los bonos del tesoro a dos y diez años vieron aumentos en su tasa en señal de un mercado que se posiciona de mayor manera en estos instrumentos de bajo riesgo, llegando el bono más corto a rendir 4,1%, aumentando en 0,1%, e invirtiendo aún más la tasa, una señal sobre un deterioro en las condiciones macroeconómicas.
De esta reunión de septiembre la clave se situó en las previsiones de los miembros de la Fed sobre los principales indicadores de la economía, donde se publicaron por tercera vez en el año, mostrando un deterioro en varios frentes. El dato reportado más importante fue sobre las previsiones de suba de tasa de los próximos años, donde los miembros del Directorio ajustaron hacia el alza sus previsiones.
Con una postura más agresiva a la reportada en junio de este año, ahora prevén que el año terminará con una tasa del 4,4%, mientras que en junio se esperaba un 3,4%. A su vez, tampoco prevén que baje en 2023, en lo contrario, aumentaría a una tasa del 4,6%.
Este último dato es clave ya que hacía unas semanas el mercado esperaba que para comienzos del 2023 la Fed vaya hacia una política más laxa; Powell remarcó en la conferencia de prensa que era necesario llevar la tasa a valores restrictivos para bajar la inflación.
En términos de actividad real, el organismo recortó de manera importante la previsión del PBI para el 2022, ajustando de 1,7% a 0,2%, dando evidencia del cambio de postura sobre la actividad real, donde a principios de año veían una economía más robusta. En línea con esto, la previsión de desempleo para el 2023 aumentó a un 4,4% (de un 3,9%), y prevén que la inflación llegará a un 2% anual recién en 2024, con un 2023 en 2,8%.
En resumen, las proyecciones dan una imagen clara sobre cuáles son las perspectivas según la Fed para la economía americana: tasas elevadas por un periodo prolongado, una caída en la actividad, un leve deterioro del mercado laboral, y una baja de la inflación a dos años.
Por ende, es claro que la prioridad de la Fed yace en bajar la inflación, donde en agosto mostró señales opuestas al objetivo del ente. Sí bien el indicador en agosto marcó un aumento mensual del 0,1%, bastante por debajo del 1,3% de junio, este estuvo por encima de las expectativas (-0,1%) y la inflación núcleo registró un aumento del 0,6%, mayor al 0,3% de julio.
Este indicador, que excluye energía y alimentos (al ser más volátiles), está influenciado de manera directa por la política monetaria y las expectativas, por lo que este registro dio señales que la inflación todavía se encuentra lejos del objetivo del 2% anual de la Fed.
A esto se le suma un mercado laboral sumamente robusto, que en agosto tuvo un desempleo del 3,7%, lo que le da aun mayor espacio para la entidad presidida por Powell para continuar en este camino de endurecimiento de tasas de interés y desarme del balance, y que, según el Presidente, continuará en este ritmo hasta que las señales sobre la inflación sean las adecuadas.
Tomando en cuenta, este contexto de suba de tasas y panorama macroeconómico complicado, desde el equipo de Research de IOL Invertironline privilegiamos posicionarse en activos de empresas sólidas de rubros defensivos. Por ende, es una buena opción tener exposición en el CEDEARs del ETF del Índice Industrial Dow Jones (DIA). Cabe destacar que el Dow Jones está compuesto por 30 acciones estadounidenses de primer nivel. Con más de 100 años, es el índice de mercado más antiguo de Estados Unidos, y el único índice que se encuentra conformado por empresas que reflejan una performance positiva en cuanto a la generación de ganancias durante un período de tiempo significativo.
(*) Analista de renta fija y macroeconomía en IOL invertironline