lunes, 23 de diciembre de 2024

Quien ahorre US$ 100 por mes desde los 25, tendrá US$ 100.000 a los 62

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Esto es si se coloca el dinero a una tasa del 4% anual. Se logra gracias al concepto de “tasa compuesta”. Por Mariano Gorodisch

Por Mariano Gorodisch

Esto es si se coloca el dinero a una tasa del 4% anual. Se logra gracias al concepto de “tasa compuesta”, es decir, el efecto que tienen los intereses sobre los intereses ya ganados más el capital original, que aumenta exponencialmente cuanto mayor es el plazo de inversión. Si se considera además una inflación del 1,5%, los US$ 100.000 se tendrán a los 70 años.

 

 

 

“El camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro”. La frase es de Benjamin Franklin, padre fundador de los Estados Unidos, quien tenía otra frase: “Cuida de los pequeños gastos: un pequeño agujero hunde un barco”. Lucio Séneca, ministro del emperador romano Nerón, coincidía: “Compra solamente lo necesario: lo superfluo, aunque cueste sólo un centavo, es caro”.

 

Basta un ejemplo: quien logra ahorrar US$ 100 por mes desde los 25 años, colocando el dinero al 4% anual, llegará a los US$ 100.000 nominales a los 62 años. Considerando una inflación del 1,5%, a los 70,5 años va a tener el equivalente a US$ 100.000 de hoy.

 

Esto marca la importancia de diagramar un plan de ahorro y retiro sistemático. En primer lugar, es importante comprender el concepto de “tasa compuesta”: el efecto que tienen los intereses sobre los intereses ya ganados más el capital original, que aumenta en forma exponencial cuanto mayor es el plazo de inversión. Mayor es su efecto cuanto antes se comience a ahorrar e invertir. Haciendo una analogía con una bola de nieve que va cayendo y creciendo a medida que baja de la montaña, cuanto mayor es la distancia que cae, mayor es el crecimiento de la bola de nieve.

 

En la consultora FDI explican que para armar el plan de ahorro y retiro de acuerdo a las posibilidades y necesidades utilizan dos herramientas. Ambas parten del supuesto que, para el momento del fallecimiento, los ahorros personales llegarán a cero o al valor que se haya deseado dejar de herencia.Para esto se solicitan datos como la edad actual, edad en la cual planea iniciar el retiro, la expectativa de vida (donde sugieren considerar una probabilidad de 95 años de edad), y cuáles son los ahorros acumulados a la fecha.

 

Dado que aconsejan hacer los cálculos en dólares, sugieren también utilizar una tasa interna de retorno acorde a las existentes en esa moneda. Como tasa de inflación esperada anual recomiendan utilizar 1,5%.

 

Existen dos herramientas que emplean para diagramar dicho plan, y operan de la siguiente manera: calcular la renta mensual que se obtendrá durante el retiro, de acuerdo al monto de ahorros que puede generarse mensualmente. Quien comienza a ahorrar US$ 100 por mes a los 60 años, a los 80 obtendrá US$ 34.000, siempre considerando una inflación del 1,5% y una TIR del 4% anual. Si su expectativa de vida son 95 años, significa que desde los 80 tendrá una renta de US$ 243; y calcular cuánto es lo que se debería ahorrar mensualmente para lograr tener una renta mensual determinada durante el retiro.

 

El retiro: orientar el ahorro a ese fin

Dentro de la cultura latina, es más común el uso de la primera herramienta, la cual es una estrategia más pasiva: “Yo sólo puedo o estoy dispuesto a ahorrar este monto”. En cambio, en la cultura anglosajona, en donde la planificación para la etapa de retiro está muy arraigada en la gente, la estrategia es más agresiva, y por eso es común el uso de la segunda calculadora: “Debo ahorrar este monto todos los meses, si lo que pretendo es tener este ingreso mensual a partir de cierta edad”.

 

Todos los esfuerzos están orientados a tal fin: o sea, apenas se cobra el sueldo, se separa de inmediato el monto calculado y se lo invierte; el saldo es lo que se usa para vivir el resto del mes, cueste lo que cueste.

 

Aquí también es importante tomar conciencia de la realidad de los sistemas de jubilación alrededor del mundo. Países como Australia han tenido que elevar la edad de jubilación a los 70 años, dado los aportes que están realizando los trabajadores activos no llegan a compensar los gastos que generan los actuales jubilados, quienes a su vez tienen una mayor expectativa de vida. Muchos países, entre los cuales también está la Argentina, se van a ver obligados a hacer lo mismo, si es que pretender evitar un colapso de sus sistemas de salud y jubilación. Por esta razón es que para aquellos en sus 20 o 30 años, aconsejan que utilicen como edad de retiro los 80 años, para el cálculo de su plan de ahorro, ya que de seguro será a la edad que podrán jubilarse.

 

Si se ahorra hasta los 80 años, quien empieza a hacerlo a los 25 años tendrá US$ 193.000, por lo que obtendrá una renta mensual de US$ 1368 hasta los 95 años. Quien empieza a los 30 años, obtendrá US$ 157.000, con una renta de US$ 1.115. Quien empieza a los 35 años, obtendrá US$ 127.00, con una renta de US$ 902. Quien lo hace a los 40, obtendrá US$ 102.000, con una renta de US$ 722. Quien empieza a los 60 años, obtendrá US$ 34.000, con una renta de US$  243 mensuales desde los 80 hasta los 95 años.

 

Estos números no hacen más que reflejar la necesidad de separar una parte del salario hacia la inversión y no hacia el consumo.

¿Hago un plazo fijo o compro en dólares?

Esa es la pregunta que se hace el ahorrista que tiene un mínimo de $ 10.000 para invertir. Por un plazo fijo a 30 días los bancos pagan alrededor del 25% anual: conviene hacerlo a través de Internet, por Home Banking, que tienen mejores tasas que por ventanilla, ya que quieren incentivar a los clientes al uso de canales electrónicos, que tienen menor costo para las entidades que un cajero humano.

Los contratos de dólar futuro de Rofex marcan una divisa de $ 18,75 para fin de febrero del 2017, lo que marca una devaluación del 20%. Por lo tanto, hoy el plazo fijo estaría rindiendo más que el dólar.

Pero hay otras alternativas más redituables, como hacer una especie de  plazo fijoen la Bolsa. Se puede realizar en el banco donde uno tiene cuenta, a través del área de Inversiones, abriendo una cuenta comitente, o en una sociedad de bolsa, donde las comisiones suelen ser menores (ver que no cobren costo mensual de mantenimiento de cuenta).

El Bonac 2016 es un bono del Tesoro Nacional que vence en  julio y tiene una TIR del 34% anual.

Los Bonac son los primeros bonos públicos que pagan una tasa de cupón variable que depende de las tasas de corte de las Lebac. De esta forma, un inversor minorista recibirá una tasa de cupón a la que sólo podría acceder invirtiendo montos más elevados en el segmento competitivo de la subasta de Letras del Banco Central. La ventaja es que los bonos del Tesoro han sido uno de los instrumentos más líquidos del mercado, mientras que las Lebac, a nivel minorista, muestran una menor liquidez. De este modo, un inversor puede acceder a una tasa de cupón en línea con las Lebac, pero con mayor grado de liquidez.

“En un escenario de tasas de interés de mercado crecientes, el Banco Central podría convalidar subas en las tasas de Lebac, lo que se reflejaría en el flujo de fondos de los bonos y, por lo tanto, en su precio. Además, paga cupón trimestral, lo que permite una mayor frecuencia de reinversión de los cupones de interés, potenciando el rendimiento total de la inversión”, informa el Instituto Argentino de Mercado de Capitales.

Si el inversor necesita el dinero antes de julio, que vence el bono, tiene el mercado secundario para venderlo, al igual que todos los activos que cotizan en Bolsa. Al ser muy líquidos, se puede salir en cualquier momento. “No obstante, a los efectos de asegurarse la rentabilidad, esperar el vencimiento es lo que le da al inversor la certidumbre de cuánto va a cobrar exactamente. Caso contrario, vendiendo antes, la rentabilidad puede verse modificada levemente”, advierten desde Invertir en Bolsa.

Es más: si el ahorrista quiere cubrirse, puede comprar un contrato de dólar futuro a fin de julio, que tiene una tasa del 20%. Por lo tanto, con el sintético (como denominan en la jerga a hedgearse con la cobertura) se puede obtener un rendimiento del 14% anual en dólares, que puede bajar al 13% si se le resta el 1% de comisión.

La ventaja de invertir en estos bonos es financiar en forma directa al emisor, sin ningún intermediario de por medio, como sucede con los plazos fijos, donde se le presta al banco, para que luego éste le preste a otro individuo. Por eso las tasas son mejores. Y se puede invertir desde $ 10.000. El ahorrista no será atendido por un FA (financial advisor) senior, sino por un FA junior, pero ya estará jugando en las grandes ligas.

Asesores independientes

Resulta interesante hacer referencia a un informe publicado por el sitio MyPrivateBanking.com sobre la importancia de los asesores independientes en el contexto actual, especialmente a partir de los cambios en las características generales de la población.

Las conclusiones que se desprenden del informe titulado ¿Por qué la Unión Europea debe promover Asesoría Financiera Fee-Based?” remarcan como el ahorrista debe ser muy cauteloso a la hora de planear las inversiones que financiarán su vejez.

Según el informe, las jubilaciones estatales en Europa son de por sí deficitarias consecuencia del envejecimiento de la población, por lo que sólo los más precavidos lograrán mantener su nivel de vida con el correr de los años. En este sentido, el asesoramiento financiero tradicional está caracterizado por el inherente conflicto de interés a la hora de recomendar activos para invertir, por lo que los ciudadanos europeos gastan millones y millones de dólares en estructuras financieras deficientes que han demostrado ser poco transparentes, con productos demasiado riesgosos y con excesiva baja performance.  Pero este dinero gastado en comisiones seguramente será demandando en un futuro no muy lejano por los ahorristas comunes que no lograrán ver en sus carteras el retorno prometido, clara consecuencia del exceso en los gastos de mantenimiento de cuentas y las altas comisiones promovidas por la banca privada tradicional.

Como bien resalta el artículo, la protección de los inversores privados debería ser impulsada masivamente desde el Estado por medio de productos estandarizados, con información fácilmente disponible y entendible, así como una transparencia completa a la hora de detallar las comisiones pagadas a los profesionales que asesoran o recomiendan inversiones.

En Europa, sólo el Reino Unido y los países escandinavos han logrado avanzar en este sentido. El asesoramiento financiero debe incorporar estos fundamentos en beneficio del cliente, y no de los fondos de inversión, de productos estructurados o de quienes los venden. Sin ello, el ahorro sustentable estará en riesgo para una población que cada vez enfrenta más desafíos a la hora de poder lograr el nivel de vida deseado.

 

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