El análisis de las subas en aranceles dispuestas por Estados Unidos, la perspectiva de una guerra comercial en todo el planeta y sus implicancias, es el eje de las sesiones que mantienen hoy mañana ministros de finanzas y titulares de bancos centrales de lospaíses miembros, en el centro de convenciones de Figueroa Alcorta y Pueyrredón.
Los principales actores están determinados a preservar el libre comercio internacional, como lo adelantaron Alemania y Argentina.
Es que el consenso internacional, por décadas, sobre comercio, está ahora bajo serio ataque por la política de Donald Trump, actual ocupante de la Casa Blanca. Los anunciados aranceles al acero y al aluminio (argumentando seguridad nacional) son el primer capítulo. Le pueden seguir otras medidas con potencial de despertar represalias por parte de los países afectados.
La intención de Argentina, el país anfitrión, es que se refuerce el rol positivo del actual sistema internacional de comercio, y se reconozcan los beneficios del libre comercio.
Así lo ratificaron en una conferencia de prensa conjunta, Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda de Argentina, y Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania.
Según recientes informes sobre posibles consecuencias de una guerra comercial, Alemania sería uno de los países más expuestos. En especial, su industria automotriz, motor de las exportaciones germanas.
Entre tanto, el nuevo gobierno de coalición en Berlín avisó que habrá una fuerte inversión en infraestructura, en obra pública, para estimular el crecimiento de la economía local y también regional.