<p>Como en jornadas anteriores, convergían temores sobre la economía estadounidense –casi nadie le cree a Benjamin Bernanke-, falta de acuerdo para evitarle a Grecia un cese total de pagos y una desagradable sorpresa. Hasta ahora al margen del descalabro, Moscú cerró ayer despeñándose 7,8% y puso en peligro las bolsas de Europa oriental y Escandinavia.<br />
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Mientras tanto, medio mundo habla ya abiertamente de recesión en Estados Unidos y la Eurozona. Según presumen Christine Lagarde (Fondo Monetario Internacional) y Robert Zoellick (Banco Mundial), “Occidente, si no todo el planeta, está en área de riesgo extremo”, admite el segundo. Por ende, “carece de sentido determinar si el contexto es igual o peor que durante la crisis sistémica de 2008/09”, observa Guillermo Ortiz, ex presidente del Banco de México (central).<br />
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En rigor, como apuntan Paul Krugman (Nobel 2008) y Jeffrey Sachs (ex Foro Económico de Davos), los síntomas de entonces se repiten hoy, corregidos y aumentados. La asamblea semestral FMI-BM y el grupo de los 20, virtualmente<br />
de consuno, se hacían eco de Lagarde y su pesimismo. “La situación económica y financiera ha ingresado a una zona de peligrosas turbulencias. La suave recuperación de meses atrás se frena y no se recrean empleos”.<br />
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Exactamente lo mismo sostienen Barack Obama y por lo menos tres directores de la RF, críticos de Bernanke y sus iniciativas que no convencen a los mercados. Por su parte, esta mañana un bloque de economías emergentes aseguraba en Washington estar dispuesto a sostener la Eurozona. Pero China, Brasil, Rusia, Turquía, Sudáfrica e India sólo lo harán por intermedio del FMI, no del Banco Central Europeo.<br />
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“El cuarto trimestre arrancará con señales inquietantes”, augura la consultoría IHS Global. Por ejemplo, un indicador de actividad privada en los diecisiete miembros de la Eurozona marca, en el trimestre actual, mermas en la industria y los servicios reales, financieros inclusive. Se trata del compilado por Markit Economics, que cede de 50,7<br />
puntos en agosto a 49,2 en septiembre. Hacia más de dos años que la cota no bajaba de cincuenta puntos.<br />
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Acosado por una realidad ingrata, Timothy Geithner –secretario del Tesoro, un ortodoxo sin muchas ideas- reconoció ante el Wall Street Journal que “tenemos un sistema político evidentente en quiebra y la gente está lógicamente nerviosa”. Martin Feldman no tiene problemas para identificar la clave: “un Tea party que pretende manejar el partido Republicano vía su jefe, el gobernador tejano Richard Perry”.</p>
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¿Prevén los inversores ulteriores pérdidas?
Según una amplia gama de analistas, a ambos lados del Atlántico norte, el gran volumen de ventas anticipaba ayer nuevos reveses en los mercados. Los cierres orientales, la debilidad del euro y el clima en el G-20 convalidaban la impresión.