Los bancos centrales se interesan cada vez más por las criptomonedas, que en los últimos meses han generado una fiebre especulativa de grandes proporciones. Al mercado del bitcoin le haría bien el control de los bancos centrales pues, si bien en gran crecimiento está muy desconectado. El enorme potencial de la tecnología que sostiene las criptomonedas debería ser aprovechado y dominado por las autoridades monetarias del mundo.
Los intercambios monetarios han evolucionado pasando del movimiento de efectivo a la transacción digital. Pero los billetes y las monedas tienen algo que las transferencias bancarias no pueden replicar: anonimato. Esta es la característica que ha permitido la sobrevivencia del efectivo en esta era digital.
En Europa, 80% de las transacciones en puntos de venta siguen realizándose en efectivo, según una fuente del comité ejecutivo del Banco Central Europeo.
La criptomoneda lleva ese anonimato al nivel digital. Satoshi Nakamoto, el inventor del bitcoin, lo definió como una versión persona a persona del efectivo electrónico, Esa es la característica que convierte al bitcoin en un instrumento atractivo para los traficantes de droga y los lavadores de dinero. Sin embargo, en la medida en que los bancos centrales sigan emitiendo dinero, no hay razón para que no emitan criptomonedas.
Una criptomoneda emitida por un banco central sería universalmente accesible, electrónica e intercambiable entre personas. Banco de Pagos Internacionales. Pero, según el análisis realizado por la comisión regulatoria del Citibank, la criptomoneda oficial plantearía riesgos que había que solucionar. En un mundo donde los consumidores pueden realizar enormes transacciones punto a punto sin necesidad de mantener depósitos, los bancos no tendrían esa fuente de financiamiento. La cíberseguridad cobraría enorme importancia para impedir el robo de monedas digitales.
Con todo, de momento que crece la digitalización de los pagos, los consumidores van a buscar cada vez más alternativas a las transferencias bancarias, que les permitan mantener el anonimato. Los bancos centrales deberían estar listos para brindar una alternativa oficial al bitcoin para seguir manteniendo el control de la oferta monetaria.
