Se trata de Laurence Meyer, ex gobernador del SRF, que difundió un estudio cuyo coautor es Brian Sack, ex analista principal del mismo organismo. Ambos trabajan hoy en la consultoría Macroecomomic Advisers. Por supuesto, Alan Greenspan supo causar sacudones especulativos, pero a menudo sin proponérselo.
La clave del asunto está no tanto en personalidades, sino “en la deficientes comunicación típica entre el SRF, los mercado, sus operadores y sus medios adictos. En otras palabras, ese déficit en sí un riesgo”. Sin ir más lejos, el jueves 22 las tasas largas marcaron máximos de 5,21 (T-10) y 5,25% anual (T-30) porque alguien dijo que un directivos del banco central propondría un ajuste de medio punto, no ya un cuarto, el día 29.
“Bernanke domina el comité monetario y sus efectos en los mercados. Por ejemplo, es responsable de que los rindes a dos años se hayan movido 27 puntos básicos. Es el caso más patente de influencia en mucho tiempo y representa un peso tres veces mayor que el del resto de los vocales”.
Esa diferencia es bastante más pronunciada que la de todo 2005. Por cierto, el peso de Greenspan en la comisión era apenas el doble que el los demás miembros. El mercado y sus analistas habituales no suelen notar estos matices. Obviamente, desde asumir el 1° de febrero, Bernanke les ha movido el piso a muchos expertos, especialmente los vinculados a grandes intermediarios y bancas de Wall Street.
Predispuestos de entrada contra el nuevo presidente del SRF, por sus antecedentes académicos y no banqueros, los gurúes suelen recibir mal los comentarios de Bernanke sobre horizonte inflacionario. Especialmente cuando, luego de formularlos, el hombre intentaba diluirlos.
Naturalmente, este teórico tiende a exagerar esos riesgos, algo que Greenspan soslayaba desde su acercamiento a George W.Bush en 2003. De hecho, el hoy jubilado adhirió a un “optimismo fundamentalista”, sin recordar sus propios antecedentes.
Se trata de Laurence Meyer, ex gobernador del SRF, que difundió un estudio cuyo coautor es Brian Sack, ex analista principal del mismo organismo. Ambos trabajan hoy en la consultoría Macroecomomic Advisers. Por supuesto, Alan Greenspan supo causar sacudones especulativos, pero a menudo sin proponérselo.
La clave del asunto está no tanto en personalidades, sino “en la deficientes comunicación típica entre el SRF, los mercado, sus operadores y sus medios adictos. En otras palabras, ese déficit en sí un riesgo”. Sin ir más lejos, el jueves 22 las tasas largas marcaron máximos de 5,21 (T-10) y 5,25% anual (T-30) porque alguien dijo que un directivos del banco central propondría un ajuste de medio punto, no ya un cuarto, el día 29.
“Bernanke domina el comité monetario y sus efectos en los mercados. Por ejemplo, es responsable de que los rindes a dos años se hayan movido 27 puntos básicos. Es el caso más patente de influencia en mucho tiempo y representa un peso tres veces mayor que el del resto de los vocales”.
Esa diferencia es bastante más pronunciada que la de todo 2005. Por cierto, el peso de Greenspan en la comisión era apenas el doble que el los demás miembros. El mercado y sus analistas habituales no suelen notar estos matices. Obviamente, desde asumir el 1° de febrero, Bernanke les ha movido el piso a muchos expertos, especialmente los vinculados a grandes intermediarios y bancas de Wall Street.
Predispuestos de entrada contra el nuevo presidente del SRF, por sus antecedentes académicos y no banqueros, los gurúes suelen recibir mal los comentarios de Bernanke sobre horizonte inflacionario. Especialmente cuando, luego de formularlos, el hombre intentaba diluirlos.
Naturalmente, este teórico tiende a exagerar esos riesgos, algo que Greenspan soslayaba desde su acercamiento a George W.Bush en 2003. De hecho, el hoy jubilado adhirió a un “optimismo fundamentalista”, sin recordar sus propios antecedentes.