sábado, 23 de noviembre de 2024

Países ricos buscan revivir la ronda de dohá, otra vez

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Los grandes protagonistas de las rondas de conversaciones sobre el comercio global están empeñados en demostrar que aprendieron la lección de Cancún.

Si no lo hacen, sus esfuerzos por obtener nuevas y ambiciosas reducciones en las barreras al comercio podrían fracasar dentro de dos meses en Hong Kong.

Fue hace dos años en Cancún, México, que las negociaciones multilaterales auspiciadas por la Organización Mundial de Comercio sufrieron su famoso colapso, resaltando las divisiones internacionales. La discordia se centraba en definir si las negociaciones estaban encaminadas hacia un trato que no sólo fuese en beneficio de los países ricos, sino también de los pobres.

El asunto clave era y es la agricultura, que para muchos países en vías de desarrollo es la puerta de entrada a la economía global. Es por eso que Estados Unidos convocó ayer una sesión de negociaciones a puertas cerradas en Zurich, Suiza. Ahí, el representante estadounidense de comercio, Rob Portman, y su contraparte de la Unión Europea delinearon nuevas concesiones con el objetivo de reducir los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio. La reunión también contó con la asistencia de funcionarios de Brasil e India.

Pese a que Estados Unidos y Europa presentaron esta semana propuestas para salir del atolladero, los líderes en todo el mundo están intentando reducir las expectativas respecto de un avance significativo de la ronda que se realizará en diciembre en Hong Kong. La dificultad de lograr un acuerdo más amplio no sólo tiene que ver con la agricultura, sino con resistencias políticas a una reducción de aranceles en los sectores de manufactura y servicios.

“No está entre las posibilidades”, dice Clayton Yeutter, el representante comercial estadounidense durante el gobierno de Ronald Reagan, sobre la posibilidad de un trato global a fines de este año. Yeutter, ahora un abogado de comercio en Washington, enfatiza las crecientes presiones que enfrentan los negociadores estadounidenses, que están intentando equilibrar la oposición política que seguramente se creará en su país por los cortes en los subsidios domésticos, con las concesiones necesarias en el exterior para lograr un acuerdo multilateral. “Necesitan mantener las expectativas bajas”, observa. v

A pesar de las expectativas generalizadas de que las reuniones de Hong Kong podrían ser definitorias, un alto funcionario de comercio de Estados Unidos sugiere que a lo que pueden aspirar los negociadores es llegar a un acuerdo sobre un marco que aún requeriría de unos 12 meses adicionales de regateo. “Todo indica que el plazo final será más bien a fines de 2006”, dice.

Otro factor que complica la ronda de Hong Kong es la débil posición política del presidente George W. Bush y de los republicanos en el Congreso, lo que se cierne como una nube negra sobre la ronda de Doha.

Sin embargo, en las últimas semanas el equipo comercial estadounidense ha encarado las conversaciones multilaterales con un vigor renovado. En Zurich, Portman fue el anfitrión de una pequeña sesión de negociaciones con funcionarios de la UE, Brasil, India, Japón y Australia, entre otros, y delineó un plan de tres flancos con la esperanza de romper el impasse agrícola. Reunir un grupo tan diverso podría ayudar a evitar las divisiones entre ricos y pobres que surgieron en Cancún y facilitar la aceptación de un acuerdo por parte de los 148 miembros de la OMC.

Entre otras cosas, Portman propuso un paquete de reducciones arancelarias globales a cinco años, con recortes de hasta 90% en algunos aranceles que ahora imponen las naciones más ricas. Para una segunda etapa propuso llevar todas los aranceles agrícolas a cero. Portman dijo que Estados Unidos está preparado para apoyar una rebaja del 60% en los próximos cinco años a aquellos subsidios a los agricultores estadounidenses que más distorsionan el comercio.

Pero de acuerdo a la propuesta de Estados Unidos, la UE y Japón tendrían que hacer recortes iniciales de hasta un 80%, ya que los niveles de subsidios son más elevados en esos países. La propuesta de Estados Unidos contempla la eliminación de todos los subsidios y aranceles agrícolas para 2023.

Un funcionario japonés descartó la propuesta. Pero un funcionario australiano la describió como “un buen comienzo” y el ministro de Comercio canadiense, Jim Peterson, sugirió que la iniciativa da un nuevo impulso a las negociaciones.

Pocas horas después de la presentación de Estados Unidos, la UE divulgó su propio plan. El bloque de 25 naciones ofreció agrupar las tarifas agrícolas en cuatro bandas, usando una fórmula que propone mayores recortes para los aranceles más elevados, una demanda clave de Estados Unidos. Los aranceles de más de 90%, por ejemplo, podrían reducirse al menos en 50%.

Aunque las propuestas incluyeron algunos números vistosos, los críticos sugieren que el impacto real no será muy grande. “Es sólo un espejismo”, dice Celine Charveriat, que encabeza la campaña de comercio justo de Oxfam International, un grupo activista que asesora a algunos países en desarrollo. “Si esta oferta sale adelante, los subsidios domésticos que distorsionan el comercio seguirán en pie y el dumping continuará”.

Por Greg Hitt y Scott Miller

THE WALL STREET JOURNAL
Dow Jones Newswires

Si no lo hacen, sus esfuerzos por obtener nuevas y ambiciosas reducciones en las barreras al comercio podrían fracasar dentro de dos meses en Hong Kong.

Fue hace dos años en Cancún, México, que las negociaciones multilaterales auspiciadas por la Organización Mundial de Comercio sufrieron su famoso colapso, resaltando las divisiones internacionales. La discordia se centraba en definir si las negociaciones estaban encaminadas hacia un trato que no sólo fuese en beneficio de los países ricos, sino también de los pobres.

El asunto clave era y es la agricultura, que para muchos países en vías de desarrollo es la puerta de entrada a la economía global. Es por eso que Estados Unidos convocó ayer una sesión de negociaciones a puertas cerradas en Zurich, Suiza. Ahí, el representante estadounidense de comercio, Rob Portman, y su contraparte de la Unión Europea delinearon nuevas concesiones con el objetivo de reducir los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio. La reunión también contó con la asistencia de funcionarios de Brasil e India.

Pese a que Estados Unidos y Europa presentaron esta semana propuestas para salir del atolladero, los líderes en todo el mundo están intentando reducir las expectativas respecto de un avance significativo de la ronda que se realizará en diciembre en Hong Kong. La dificultad de lograr un acuerdo más amplio no sólo tiene que ver con la agricultura, sino con resistencias políticas a una reducción de aranceles en los sectores de manufactura y servicios.

“No está entre las posibilidades”, dice Clayton Yeutter, el representante comercial estadounidense durante el gobierno de Ronald Reagan, sobre la posibilidad de un trato global a fines de este año. Yeutter, ahora un abogado de comercio en Washington, enfatiza las crecientes presiones que enfrentan los negociadores estadounidenses, que están intentando equilibrar la oposición política que seguramente se creará en su país por los cortes en los subsidios domésticos, con las concesiones necesarias en el exterior para lograr un acuerdo multilateral. “Necesitan mantener las expectativas bajas”, observa. v

A pesar de las expectativas generalizadas de que las reuniones de Hong Kong podrían ser definitorias, un alto funcionario de comercio de Estados Unidos sugiere que a lo que pueden aspirar los negociadores es llegar a un acuerdo sobre un marco que aún requeriría de unos 12 meses adicionales de regateo. “Todo indica que el plazo final será más bien a fines de 2006”, dice.

Otro factor que complica la ronda de Hong Kong es la débil posición política del presidente George W. Bush y de los republicanos en el Congreso, lo que se cierne como una nube negra sobre la ronda de Doha.

Sin embargo, en las últimas semanas el equipo comercial estadounidense ha encarado las conversaciones multilaterales con un vigor renovado. En Zurich, Portman fue el anfitrión de una pequeña sesión de negociaciones con funcionarios de la UE, Brasil, India, Japón y Australia, entre otros, y delineó un plan de tres flancos con la esperanza de romper el impasse agrícola. Reunir un grupo tan diverso podría ayudar a evitar las divisiones entre ricos y pobres que surgieron en Cancún y facilitar la aceptación de un acuerdo por parte de los 148 miembros de la OMC.

Entre otras cosas, Portman propuso un paquete de reducciones arancelarias globales a cinco años, con recortes de hasta 90% en algunos aranceles que ahora imponen las naciones más ricas. Para una segunda etapa propuso llevar todas los aranceles agrícolas a cero. Portman dijo que Estados Unidos está preparado para apoyar una rebaja del 60% en los próximos cinco años a aquellos subsidios a los agricultores estadounidenses que más distorsionan el comercio.

Pero de acuerdo a la propuesta de Estados Unidos, la UE y Japón tendrían que hacer recortes iniciales de hasta un 80%, ya que los niveles de subsidios son más elevados en esos países. La propuesta de Estados Unidos contempla la eliminación de todos los subsidios y aranceles agrícolas para 2023.

Un funcionario japonés descartó la propuesta. Pero un funcionario australiano la describió como “un buen comienzo” y el ministro de Comercio canadiense, Jim Peterson, sugirió que la iniciativa da un nuevo impulso a las negociaciones.

Pocas horas después de la presentación de Estados Unidos, la UE divulgó su propio plan. El bloque de 25 naciones ofreció agrupar las tarifas agrícolas en cuatro bandas, usando una fórmula que propone mayores recortes para los aranceles más elevados, una demanda clave de Estados Unidos. Los aranceles de más de 90%, por ejemplo, podrían reducirse al menos en 50%.

Aunque las propuestas incluyeron algunos números vistosos, los críticos sugieren que el impacto real no será muy grande. “Es sólo un espejismo”, dice Celine Charveriat, que encabeza la campaña de comercio justo de Oxfam International, un grupo activista que asesora a algunos países en desarrollo. “Si esta oferta sale adelante, los subsidios domésticos que distorsionan el comercio seguirán en pie y el dumping continuará”.

Por Greg Hitt y Scott Miller

THE WALL STREET JOURNAL
Dow Jones Newswires

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