<p>Probablemente, Citigroup sea una bisagra debido a su peso psicológico. Ya ha logrado forzar la mano de Barack Obama y restituir al Estado –en otro contexto- el poder que tenía hasta que la escuela de Chicago irrumpió. Primero, copando la dupla Fondo Monetario-Banco Mundial tras la muerte de John Maynard Keynes (1946).<br />
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Luego, el desguace del estado de bienestar norteamericano desembocó en la “revolución conservadora” de Ronald Reagan, que entró en colapso bajo George W. Bush. Ahora, al cabo de salvamentos más o menos debatibles, el Estado vuelve a ser proactivo e interviene Citigroup, en plena subdivisión.<br />
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Según varios medios, la toma accionaria significará 47,8% del paquete (40% en títulos ordinarios, o sea con voto). La conducción saliente no querría más de 25%, pero ¿cuánto poder real le resta a Vikram Pandit? Irónicamente, esta salida anticíclica ha llegado más lejos en la muy ortodoxa Gran Bretaña: su gobierno tiene 100% en Northern Rock, 70% en Royal Bank of Scotland y 43% en Lloyd’s.<br />
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Hasta el momento, son estatizaciones relativas, pero el ejemplo islandés es claro: los tres bancos privados son hoy nacionales. Otras economías chicas (Irlanda, Letonia, Estonia) apuntan a lo mismo. En una escala inclusive mayor que EE.UU., la Unión Europea evalúa su propia receta.<br />
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“El gobierno norteamericano debió haberse movido hace meses. El equipo de Bush no hizo nada hasta estallar la crisis de liquidez”, opina Giulio Tremonti, ministro italiano de economía. Hoy, Obama se debate en una contradicción: precisa alrededor de un billón para salvar la gran banca, pero no quiere aumentar el déficit heredado (US$ 1,3 billones).<br />
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Justamente, el rojo federal de 2009/10 –próximo año fiscal- amenaza superar 12% del producto bruto interno. Ello sin tener en cuenta el paquete de estímulos por US$ 787.000 millones, ya sancionado. Aun a valores corrientes, son cifras alucinantes y remiten (con las diferencias del caso) al colapso del III ciclo macroeconómico. En vida de sus dos máximos teóricos, Nikolái Kondratyef y Josef Schumpeter.<br />
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¿Otro megarrescate o el fin de un ciclo macroeconómico?
La estatización evidente de Citigroup más su secuela en Estados Unidos y Europa occidental quizá marquen el fin de un ciclo iniciado con depresión de 1933/7. La clave es cuánto durará el interregno: ¿los trece años de entonces o menos?