Nadie esperaba el nuevo máximo del déficit comercial. El departamento federal de Comercio lo explicó en función de importaciones de hidrocarburos caros en noviembre. También admitió un retroceso de exportaciones, que carece de explicaciones concretas. Por supuesto, el dólar anduvo a los tumbos y, en un momento dado, el euro tocaba US$1,335. Horas después, Nueva York lo cerraba en 1,327. En yenes, el dólar cedió a 102,40.
Curiosamente, el informe oficial sugiere que, en el cuarto triemstre de 2004, el crecimiento del producto bruto “puede haber sido inferior al proyectado”. Pero no arriesgó números. Entretanto, nadie entiende por qué los principales paneles de Wall Street recobraron de 0,3 a 0,55%, máxime cuando los gurúes habituales volvieron a quedar mal: habían predicho que el déficit comercial bajaría a US$54.000 millones. Chingaron en 11,7%. Tampoco le fue bien al Gobierno, que anticipaba US$55.000 millones.
“Es frustrante. Creíamos que el descenso de crudos ayudaría a reducir la brecha negativa y pasó lo contrario”, confesaba la firma de valores AG Edwards & Sons. “Este déficit viene aumentando, aunque el dólar haya acumulado 50% de retroceso ante el euro en el trienio 2002-4”. Observadores ajenos a Manhattan sostienen que esa paradoja revela el grado de deterioro de la economía física y el incremento sideral de déficit y deuda externa en Estados Unidos.
Nadie esperaba el nuevo máximo del déficit comercial. El departamento federal de Comercio lo explicó en función de importaciones de hidrocarburos caros en noviembre. También admitió un retroceso de exportaciones, que carece de explicaciones concretas. Por supuesto, el dólar anduvo a los tumbos y, en un momento dado, el euro tocaba US$1,335. Horas después, Nueva York lo cerraba en 1,327. En yenes, el dólar cedió a 102,40.
Curiosamente, el informe oficial sugiere que, en el cuarto triemstre de 2004, el crecimiento del producto bruto “puede haber sido inferior al proyectado”. Pero no arriesgó números. Entretanto, nadie entiende por qué los principales paneles de Wall Street recobraron de 0,3 a 0,55%, máxime cuando los gurúes habituales volvieron a quedar mal: habían predicho que el déficit comercial bajaría a US$54.000 millones. Chingaron en 11,7%. Tampoco le fue bien al Gobierno, que anticipaba US$55.000 millones.
“Es frustrante. Creíamos que el descenso de crudos ayudaría a reducir la brecha negativa y pasó lo contrario”, confesaba la firma de valores AG Edwards & Sons. “Este déficit viene aumentando, aunque el dólar haya acumulado 50% de retroceso ante el euro en el trienio 2002-4”. Observadores ajenos a Manhattan sostienen que esa paradoja revela el grado de deterioro de la economía física y el incremento sideral de déficit y deuda externa en Estados Unidos.